Asun Luján
Periodista Redactora Senior de Viajes National Geographic
Actualizado a
es un perfecto mirador para contemplar sus dimensiones y la vida a su alrededor
Este gran espacio de la capital lombarda ha vivido momentos estelares de la historia europea de los siglos XIX y XX. La Catedral
.
El aspecto que ofrece en la actualidad se debe principalmente al arquitecto Giuseppe Mengoni, quien se encargó del proyecto a partir de 1865.
Afortunadamente, el Duomo se salvó de la destrucción de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y sigue reinando en la plaza. En los seis siglos durante los que se alargó su construcción –desde 1386 hasta 1887–, el proyecto pasó por las manos de varios arquitectos, que fueron dejando su huella en el edificio.
Construida en mármol, la Catedral de Milán combina el estilo gótico tardío y renacentista. El mayor impacto a primera vista lo produce su fachada principal, donde la gran cantidad de detalles deja abrumado al visitante. Está construida sobre una planta de cruz latina y tiene cinco naves, cuatro laterales y una principal.
El interior queda iluminado por la entrada de luz que permiten los rosetones policromados, que contribuyen a crear un ambiente espiritual.
En la parte izquierda de la plaza porticada se halla el arco que sirve como puerta de entrada a la Galería Vittorio Emanuele II, pero además se pueden admirar otros monumentos como el Palacio Real, el Palacio Carminati y el monumento al rey Vittorio Emanuele II.