Llanuras punteadas por miles de lagos y riachuelos donde el silencio se impone y la mirada se pierde en un bosque de coníferas sin fin. Los habitantes originales de estas tierras son los sami, un pueblo nómada que lleva miles de años pastoreando sus renos en las heladas planicies repartidas hoy entre Finlandia, Noruega, Suecia y Rusia. Por eso cualquier ruta que pretenda comprender lo que es Laponia deberá ser, como las migraciones de los sami, transnacional.