Una ciudad colonial bellísima
Basta con traspasar la antigua muralla para alcanzar el mundo, mezcla de realidad y de magia, de Gabriel García Márquez. Aunque conviene saber que en el callejero, los nombres de las calles y de los lugares no corresponde exactamente al de las novelas. La arquitectura colonial de iglesias y viejas casonas con sus balcones decorados con buganvillas y otras plantas de flores vivas, tejadillos de cerámica y, también, sus desconchones, dan la bienvenida y transportan a las aventuras de los amores secretos de Florentino Ariza y Fermina Daza, los dos protagonistas de El amor en los tiempos del cólera. Mientras, en la Plaza de la Trinidad, ver fútbol callejero con regates de fantasía de niños que juegan con los pies descalzos.