París nunca decepciona. No importa las veces que se haya visitado, siempre queda algo por descubrir y el placer de repetir. A los grandes iconos de la capital francesa se suma la delicia de sus cafés, la potencia de sus museos, el encanto de sus pequeños restaurantes y el placer de pasear durante horas por sus grandes avenidas y por las callejuelas y plazas de sus barrios.
Su historia es fascinante, su cultura es interminable y su belleza es inmortal. Desde la Catedral de Notre-Dame hasta el delicioso barrio bohemio de París, Montmartre. París permite perderse, adentrarse en su idiosincrasia y volver a perderse hasta redescubrir un nueva ciudad. Si ya la has visitado te habrán entrado ganas de volver y si todavía no has estado allí, ¿a qué estás esperando?