
¿Quién no ha soñado alguna vez en recorrer la sabana africana para observar a los grandes animales africanos? ¿O contemplar al atardecer cómo acuden a saciar su sed las más feroces bestias en una charca cercana? Sin duda, uno de los destinos más deseados del mundo es Kenia, con sus parques nacionales, sus paisajes superlativos y sus connotaciones literarias y cinematográficas. El 8% de su territorio se halla protegido en más de cincuenta reservas que abarcan desde el corazón de la sabana a los fondos marinos de la costa suahili. Volcanes, fallas interminables decoradas con feroces cascadas, manadas de elefantes, ríos en los que el rey es el cocodrilo y el hipopótamo, grandes felinos merodeando y, como colofón, una costa espectacular con playas paradisíacas y aguas turquesas. No en vano la palabra safari, significa «viaje» en suahili y ha sido adoptada en el mundo entero.
El viaje, además, es una introducción a la historia de África, desde la ancestral vida del pueblo masai, que habita en la frontera de Kenia con Tanzania, hasta la época colonial, cuando los europeos descubrieron el poderoso imán que ejerce este lugar tan especial.