
Bicis por doquier, eso ya dice mucho de la personalidad de esta ciudad que todos coinciden en describirla como amable, atractiva y asequible. Y es que las medidas humanas de Copenhague junto a su bella fisonomía y la facilidad para recorrerla hacen que una escapada urbana a la capital danesa sea un oasis de tranquilidad lo cual no está reñido con una intensa agenda arquitectónica, estética, cultural y gastronómica. Enclavada en la costa de la isla de Zelandia, merece la pena planear el viaje ahora, antes de que el invierno deje los días cortos y las temperaturas sean demasiado bajas.