Pito, pito, colorito

Los 25 destinos de este verano

Una selección de Viajes National Geographic para disfrutar intensamente de las vacaciones... Lo difícil es quedarse con sólo un destino.

El verano es esa época en la que todo vuelve a parecer posible a través de la aventura de viajar. Las coordenadas, el tiempo libre y la meteorología nutren sueños y los destinos esperanzas. Se buscan lugares en los que el tiempo sea otra cosa más allá de la rutina cotidiana, mientras se tachan los días que quedan para huir del trabajo y disfrutar del merecido descanso de los guerreros.

 

Pero no todo el mundo busca lo mismo, por eso mejor tener donde escoger: hay aguas turquesas y arenas blancas, pueblos costeros, islas donde naufragar con todas las comodidades, ciudades donde vibrar, festivales de música, arte, color, fantasía, animales… Lo más complicado es quedarse sólo con uno de estos destinos estrella para el verano.

 
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Montreal cultureta

En los meses más cálidos, la ciudad saca a relucir su espíritu bohemio y colorido. Son días de festivales, de comida callejera, de disfrutar al aire libre. Los mercadillos aparecen como setas, hay fuegos artificiales desde Parque Jean-Drapeau, picnics electrónicos, barbacoas familiares, el famosísimo Festival de Jazz de Montreal a finales de junio… La Rue Saint-Paul, el Viejo Montreal, es una delicia, igual que alquilar una bici para darle a los pedales siguiendo sus numerosos carriles a lo largo de la ciudad. Y desde Montreal, a conocer los parques naturales de Quebec.

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Normandía junto al soldado Ryan

El 6 de junio de 1944 comenzó la invasión aliada de Normandía en la Operación Overlord, durante la Segunda Guerra Mundial. De su éxito dependía acabar con el Nazismo. Éste año se cumplen 75 años de aquel hito que la película Salvar al soldado Ryan popularizó. Sin duda, un momento muy especial para conocer una de las regiones más bellas de Francia y sus imprescindibles, entre ellos, por supuesto, la magia de Mont Saint-Michel, pero también las playas del desembarco -Utah Beach, Juno Beach, Sword Beach, Omaha Beach y Gold Beach- y sus memoriales.

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La Costa Brava tiene música

Todos los veranos deberían comenzar en la Costa Brava. Si hay algún lugar en el que recuperar la esencia mediterránea de los días despreocupados al sol, es este trozo de litoral afortunado de calas con aguas turquesas, castillos y pueblecitos marineros. Hay mercadillos por los que pasear con la sensación del mar en la piel y lo más importante, mucha música: desde el clásico Festival Internacional de Música "Castell de Peralada" a los Concerts al Fòrum Romà de Empúries, pasando por el Festival de Jazz de Estartit.

 

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Flandes a lo medieval

Este es el año perfecto para descubrir la región de Flandes de la mano del misterioso Pieter Bruegel el Viejo, y el verano, la época ideal. Flandes y Bruselas han organizado un amplio calendario de eventos en lugares muy especiales para que no se le olvide a nadie la efeméride que pasan necesariamente por el Museo de Bellas Artes de la capital belga, donde se conservan cuatro de sus cuadros más importantes. Pasear por el barrio donde vivió el pintor, Les Marolles, es toda una delicia. Por supuesto, no hay que olvidarse de los gofres.

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Madeira sin Ronaldo

Ya aterrizar en su capital es todo un espectáculo. Madeira parece un edén flotante en medio del Atlántico. Su clima bondadoso, la vegetación, la cantidad de senderos -conocidos como levadas-, sus aldeas de pescadores y los miradores repartidos a lo largo y ancho la han encumbrado a mejor isla del mundo como destino turístico por siete años consecutivos.

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Nevada y la utopía Millennial

Este es un viaje de ciencia ficción extrema. Tiene lugar cada verano, en Black Rock City, una ciudad efímera que se monta cada año en pleno desierto de Nevada, al noreste de Reno. Se concentran unos 70.000 ciudadanos de lo más variopinto durante una semana. Más que un festival cualquiera, se trata de todo una experiencia colectiva de contracultura que busca experimentar con la autosuficiencia y formas de expresión libres. Para entrar, aparte de pagar la tarifa, hay que dejar los prejuicios en la puerta.

 

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Edimburgo es la más festivalera

En verano, Edimburgo se convierte en la ciudad de los festivales. Eso es un sin parar… y las calles se convierten en el escenario perfecto para todo tipo de artistas. Se le conoce como el Festival de Edimburgo por simplificar, porque en realidad son muchos: un festival de  jazz, de arte, de teatro y danza, de cine, uno de desfiles y marchas militares, otro dedicado a la literatura…

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Reikiavik hasta medianoche

Los días soleados del verano confieren una atmósfera muy especial en la capital más septentrional del planeta. Las calles irradian una vibración especial y, debido al sol de medianoche, los días dan para mucho. A mediados de junio, en Reikiavik se celebra el Secret Solstice, uno de los festivales más importantes de Islandia. Una forma de celebrar el solsticio con un cartel de lujo.

 

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La Valletta a todo jazz

Durante el mes de junio, los templarios no tienen nada que hacer contra los jazzman. El festival promete tres noches de jazz internacional con músicos de renombre; la ciudad, belleza junto al Mediterráneo, ¿acaso se puede pedir más? Qué más dará que lo de la capitalidad de la cultura fuera el año pasado, Malta, y su capital, sigue siendo una gran opción viajera y tal vez este año se encuentre menos masificada.

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Cáceres, paraíso interior

La provincia de Cáceres es un buen ejemplo de que para que haya verano no hace falta playa. El Valle del Jerte ha dado fama a la provincia en primavera, pero hay mucho mundo más por descubrir: un mapa gastronómico sin complejos, todo el patrimonio histórico y cultural con ciudades como Trujillo, espacios naturales tan impresionantes como el Parque Nacional de Monfragüe, o la misma ciudad de Cáceres. Sobre todo, esencial visitarla las primeras semanas de junio, coincidiendo con el Festival Internacional de Teatro Clásico, ya que permite conocer escenarios históricos mientras se disfruta del arte.

 

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Valle del Elqui y su vino astrofísico

Según los astrónomos, la Región de Coquimbo en Chile será uno de los mejores lugares del mundo para disfrutar del próximo eclipse solar total de 2019, el 2 de julio. Los expertos han establecido una oscuridad de un 100% durante 2 minutos y 15 segundo. Para quienes no tengan sincronizados sus relojes con el eclipse y lleguen antes o después del mismo, quedan muchos más atractivos: el valle del Elqui es tierra de vinos y del famoso pisco, y de estrellas -su cielo nocturno es asombroso- y es también tierra de la poeta Gabriela Mistral.

 

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Novi Sad y Serbia ya no es territorio comanche

The Cure, que actuarán en Serbia por primera vez, el dúo de EDM Dimitri Vegas & Like Mike o los rockeros Greta Van Fleet entre los cabeza de un variopinto cartel que programa desde el punk a la música electrónica. El lugar es ideal, la fortaleza Petrovaradin del siglo XVIII en Novi Sad, Serbia. Se celebra del 4 al 8 de julio, pero a parte de eso, la segunda ciudad más importante de Serbia está a la última en cultura. Hay que pasear por Zmaz Jovina, la calle con más encanto de la ciudad.

 

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Tokio y el icono de Japón

Tal vez llegar a Tokio en verano valga la pena por la posibilidad de hacer una excursión a la Región de los Cinco Lagos y subir el monte Fuji, el icono principal de Japón. La temporada oficial de ascenso sólo dura dos meses, julio y agosto, que es cuando las vías principales se muestran despejadas de nieve. Si no se está dispuesto a un excesivo esfuerzo, queda llegar cómodamente hasta el nivel de la quinta estación, justo donde comienzan las sendas.

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Ostrava y todos sus colores

Hay una extraña mezcla entre lo industrial y lo bohemio en el ambiente, más durante el mes de julio, cuando se celebra el festival Colors of Ostrava. Y es que esta ciudad de la República Checa aún no se ha quitado de encima el óxido estalinista que le queda de otra época, algo que, por otra parte, le confiere su especial encanto. Su casco histórico es pequeño, pero no se ha convertido en un parque de atracciones.

 

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Vevey y su fiesta más esperada

¿Cuántos años se puede aguardar una fiesta? En la pequeña localidad de Vevey, en el cantón suizo de Vaud, toca esperar hasta 20 años. O lo que es lo mismo: la Fête des Vignerons debe ser un verdadero acontecimiento, y como tal la reconoce la Unesco, habiéndola declarado Patrimonio Cultural Inmaterial.

 

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Kotor y la dolce vita

Hay que aprovechar ahora que aún no está en el mapa viajero de las masificaciones. Esta coqueta ciudad medieval pegada a la bahía es uno de los secretos mejor guardados de Montenegro, y eso que es todo un Patrimonio de la Humanidad. Es una gozada pasear por las laberínticas calles del casco viejo o subir hasta el mirador del Fuerte y gozar de las vistas al fiordo que la abraza. 

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Cabo Norte y más allá el infinito

Siempre apetece llegar a los lugares míticos, y éste es uno de ellos. Una bola del mundo de hierro señala el lugar del Cabo Norte, el punto más septentrional de Europa. El mirador aprovecha la plataforma del acantilado para brindar unas vistas majestuosas al punto donde el Atlántico se encuentra con el Ártico. En verano tiene el añadido de disfrutar del sol de medianoche, ese singular efecto por el cual el astro rey no acaba nunca de ponerse. Es, sin duda, uno de los lugares más especiales de Noruega.

 

Foto: NICOLAS LAVERROUX

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Valle del Loira y sus castillos geniales

Francia ha preparado sus castillos para celebrar el 500 aniversario de la muerte de Leonardo da Vinci. El genio del Renacimiento trabajó en Italia, pero murió en Francia. En el Castillo de Amboise, uno de los castillos del valle del Loira que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad, se puede visitar su tumba.

 

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Cozumel inmersivo

Ruinas mayas, iguanas por doquier, unas playas de esas como para dar envidia y unos fondos marinos por los que sueñan los submarinistas de todo el mundo. Eso es San Miguel de Cozumel, la  tercera isla más grande de la costa Mexicana, en pleno Caribe. Al estar rodeada por el Gran cinturón de Arrecifes del Atlántico Occidental, son muchos los lugares de inmersión en los que disfrutar del espectáculo submarino a todos los niveles. Nuestro verano es temporada baja, y los huracanes suelen dar algunos sustos a partir de septiembre.

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Indonesia y los dragones de verdad

Cada vez es más fácil llegar a Indonesia, y el país viene a ser como un atlas de aventuras: hay más de 17.000 islas, orangutanes en Sumatra, la arqueología de Yogyakarta y lagartos en el parque nacional de Komodo. Este archipiélago es el lugar ideal para reconciliarse de nuevo con la naturaleza. Desde baños junto a preciosas mantas a contemplar los lagartos más grandes del mundo… Estos sí son dragones y no los de Juego de Tronos.

 

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Masai Mara, esencia africana

Kenia tienen de todo: sabana, cataratas, montañas, volcanes, cuevas, playas, desiertos… Es probable que si sólo se pudiera visitar un país de África, éste sería el más completo de todos. Pero si por algo se conoce al país es por el territorio masai: grupos de ñus, cebras y otros herbívoros campan a sus anchas de julio a octubre. Pero mejor de finales de julio a principios de agosto, que es cuando la gran migración llega a Masai Mara.

 

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Chipre en modo desconexión

Esta isla mediterránea es uno de los mejores rincones de Europa para desconectar de todo en verano. Nissi Beach es con sus aguas cristalinas y su arena blanca, la playa más conocida, pero no es ni mucho menos la única. Cuando llega el verano, a los chipriotas les entran unas ganas enormes de divertirse y eso se nota en festivales y fiestas que aparecen por todos lados. Una buen opción es acercarse a ver los interminables viñedos de los krasohoria, los pueblos vinícolas que harán las delicias de los turistas enólogos. Los atardeceres en esta época son una inmersión a la belleza.

 

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Mongolia y sus Olimpiadas

Uno de esos lugares en los que la palabra aventura se debe escribir en mayúsculas. Mongolia es fascinante además de mítica, pero si no se visita el país durante el increíble Festival Naadam, quedará un hueco difícil de cubrir en la experiencia viajera. Tiene lugar a principio de julio a lo largo y ancho del país. En esencia, son días en los que los nómadas escenifican cuatro competiciones: la lucha mongola, carreras de caballos, el lanzamiento de tabas y tiro con arco. Durante esos días, el país es un hervidero de gente, pero vale la pena por el colorido y la emoción que se contagia.

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Finlandia de lago en lago

Finlandia es una joya verde en verano. Si se quiere experimentar la amplitud del paisaje, este país es óptimo: es el segundo con menor densidad de población en Europa, así que pocos agobios en la carretera. Tal vez sea porque tiene más de 180.000 lagos y les queda poca tierra que ocupar o porque buscan un equilibrio entre naturaleza y ciudades que el 70 % de la superficie del mismo son bosques. De todo, el paraíso lacustre está en la Región de los Lagos.

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Verona con todo amor

Es tan fácil enamorarse de Verona como enamorarse en Verona… O al menos así lo explicó William Shakespeare con Romeo y Julieta. Cuando se llega a esta encantadora ciudad se aprecia el buen ojo literario del escritor inglés para ambientar sus obras: pocas ciudades tan súmamente románticas como Verona. La ciudad conserva monumentos de épocas muy distintas, desde su origen romano al esplendor renacentista. Un placer pasear por la plaza delle Erbe, con la animación de sus cafés, y por la Dei Signori, la más monumental. Además, Verona retoma vuelos directos este verano desde España por lo que es una base fenomenal para descubrir la zona del Veneto... o para disfrutar de su festival de ópera en su icónico anfiteatro. 

 

Cozumel