
A primera hora de la mañana, la Rambla empieza a prepararse. Quioscos, heladerías, floristerías..., van levantando sus persianas para recibir la nueva oleada de turistas. No importa que sea lunes o sábado, esta es una de las zonas más transitadas de Barcelona durante toda la semana. En especial, el tramo que se encuentra frente al número 91, donde está La Boquería, uno de los mercados más antiguos que actualmente se ha convertido en una atracción turística más.
Su nombre original, mercat de Sant Josep (mercado de San José en castellano), hace referencia a la fecha de su inauguración, el 19 de marzo de 1840, el día de San José. Sus orígenes, no obstante, son anteriores pues, aunque esa es la fecha en la que se crearon sus instalaciones, antiguamente ese mismo lugar lo ocupaban muchos de los vendedores ambulantes de carne. Hoy, sus diferentes puestos son una representación de lo que es Barcelona: variedad y multiculturalidad. De ahí a que podamos encontrarnos productos típicos de Cataluña, como frutas exóticas de otros países. Por ejemplo, los durian, una fruta de origen asiático.
La Boquería, el más conocido
La Boquería es el mercado más conocido de Barcelona, aunque no el único. El barrio del Born guarda otro de los más insignes de la ciudad condal, aunque su uso ya no sea el mismo que el de antaño. Hoy, el popular mercat del Born es un centro cultural y en él se encuentran los restos arqueológicos de su época medieval cuando formaba parte del barrio de La Ribera.
Los Encants Vells, por su parte, recibirá al viajero con todo tipo de mercancía de primera y de segunda mano. Aquí es donde lo antiguo convive con los productos más novedosos. Su historia data del siglo XIII, aunque ha cambiado varias veces de emplazamiento. Si hace unos años se encontraba al aire libre en uno de los antiguos solares de Glòries, desde el 2013 se ubica en un moderno edificio techado a pocos metros del anterior. Aunque en diseño, toda la atención se la lleva el mercado de Santa Caterina, uno de los más vanguardistas de Barcelona. Abierto desde 1845, su ondulado y colorido tejado obra de Enric Miralles y Benedetta Tagliabue data de 2005, momento en el que se decidió reformarlo.
La gran diversidad de mercados refleja la importancia que Barcelona ha tenido como ciudad comercial a lo largo de la historia. Su ubicación junto al Mediterráneo ha favorecido que muchos de sus mercaderes hayan podido mostrar y vender productos de lo más variopintos, desde aquellos más ligados a la región, a los que importaban de otros países mediterráneos y Europa. Hoy, una gran mayoría de ellos se han convertido en una visita imprescindible, tanto para los turistas como para los locales que siguen manteniendo su larga tradición. En nuestra galería os dejamos algunos de los más populares.