
Pasarelas, cubos de cristal, balcones que hacen equilibrios en el vacío…estos miradores están situados en lugares estratégicos y ofrecen las vistas más bellas que uno pueda imaginar. Son atalayas privilegiadas, obras de ingeniería y de la tecnología más avanzada. El Gran Cañón, las Rocosas canadienses y los Alpes son los escenarios de estos «intrépidos» puntos de observación, solo hay una condición, no son aptos para quienes sufren de vértigo.