El norte de este país africano es tan rico en cultura y tan diverso en paisaje que en ocasiones se dice que es, por sí mismo, un continente a pequeña escala. Una región cuya historia antigua nos ha llegado a través de leyendas, las mismas que han terminado por dar forma y carácter a este rincón del mundo.
Después de dejar atrás la capital etíope, el viajero se sumerge en un paisaje caracterizado por la exuberancia de la vegetación y la elegancia de sus montañas y valles. Dejando atrás el impresionante Parque Nacional de las montañas Simien, poco a poco uno se adentra en un mundo donde el agua del Nilo Azul aparece como un personaje principal y las iglesias cristianas que hace siglos fueron talladas en la roca se imponen como imágenes inolvidables del viaje a Etiopía.
Así se nos presenta una de las zonas imprescindibles de visitar antes de dejar el país, la que un día fuera la cuna del mítico reino de Saba, donde supuestamente se encuentra la ubicación real de la legendaria Arca de la Alianza.