
Las brumas de los fríos días invernales les sienta bien a estas imponentes construcciones cuyo origen era defender de los invasores a sus habitantes. Hoy se han convertido en una de las mejores formas de conocer aquella lejana Edad Media y de revivir las visicitudes de quienes se protegían tras su muros. Desde Tossa de Mar en Cataluña hasta Trujillo en Extremadura, una ruta en ocho etapas por toda la geografía española.