8 escapadas urbanas para un Puente de Diciembre perfecto

Las escapadas en otoño son una delicia y si se aprovecha el Puente de Diciembre, más que una escapada pueden ser unas mini vacaciones.

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Brujas mágica

La ciudad de Brujas, en Bélgica, es una ciudad de cuenta de hadas atravesada por canales. Este destino es el más visitado por los turistas en Bélgica y por ello, el Puente de Diciembre es una época perfecta en la que hacerlos, porque el número de visitantes, aunque elevado, es considerablemente inferior que en verano. Además, la Grote Markt y la plaza Burg están en esta época repletas de bombillas y luces que anuncian la Navidad, decoración que no se puede ver en otra época del año. En esta ciudad, tampoco hay que dejar de ver su magnífico Belfor, o Torre del Reloj, de estilo gótico, ni la Basílica de la Santa Sangre o la La Iglesia de Nuestra Señora, cuyo campanario es la estructura más alta de Brujas.

Foto: AgeFotostock

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Vive el síndrome de Stendhal en Florencia

Florencia es la cuna del Renacimiento por antonomasia y, por tanto, una excusa perfecta para huir de la rutina. Esta ciudad italiana es, además, una de las urbes más bellas del país. Tal es así que, si contemplando el puente Vecchio, su Catedral, la Galería de los Uffizi o la Plaza de la República se eleva tu ritmo cardíaco o sientes vértigo, confusión, temblor, palpitaciones, depresiones e incluso alucinaciones, no te preocupes, es el Síndrome de Stendhal, una enfermedad psicosomática descrita por el propio autor francés, de quien toma el nombre, en su visita a la basílica de la Santa Cruz de Florencia. Y es que esta majestuosa urbe ha sido capaz de sobrevivir a guerras y revoluciones sin perder un ápice de su encanto.

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Cuerpo y mente en Budapest

La capital húngara es un placer para los sentidos pero sobre todo para el cuerpo gracias a los balnearios y baños termales que plagan sus calles. Dividida en dos por el Danubio, Budapest es, además, una ciudad con una intensa historia que puede leerse en su arquitectura: en sus edificios y monumentos. Prueba de ello es su Parlamento, el segundo más grande de Europa tras el de Bucarest, su plaza de los Héroes y su Bastión de los Pescadores, un lugar en el que perderse entre las arcadas con espectaculares vistas sobre Pest y el Danubio.

Foto: Maurizio Rellini / Fototeca 9x12

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Siempre Berlín

Todo el año es buena época para visitar Berlín, una ciudad que siempre está dispuesta y preparada para que el visitante descubra sus rincones más especiales y mágicas pero también su más amarga historia. Eso sí, cada estación del año tiene su encanto y una cantidad de capas de ropa a ponerse diferente pues mientra que en verano hace bastante calor, el invierno es realmente duro debido a la humedad, que se mete en los huesos. Solución: primavera y otoño son perfectas para pasear por el Tiergarten con la Puerta de Brandeburgo a sus espaldas, disfrutar del Reichstag, deleitarse con su Catedral y su Isla de los Museos, o recorrer la East Side Gallery, con las mejores pinturas en el Muro de Berlín.

Foto: Ignaz Wiradi

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El frío de Oslo

La capital noruega será en 2019 Capital Verde Europea y se tiene bien merecido el título. Además de realizar grandes esfuerzos en materia de sostenibilidad, la ciudad es una urbe en la que los espacios verdes y abiertos se ven por doquier. Ubicada al fondo del fiordo que le da nombre, Oslo es una ciudad vanguardista que lleva la arquitectura por bandera. Desde la Fortaleza de Arkeshus hasta su Ópera en forma de iceberg, cualquier edificio es una prueba de que se quiere convertir en todo un icono en cuanto a arquitectura se refiere.

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Lisboa, tan cerca y tan lejos

Lisboa es una de esas capitales que siempre dejamos para más tarde. Está tan cerca que parece que nos da pereza conocerla. Eso sí, cuando lo hacemos, nos enamoramos al instante. El fado del barrio de Alfama, la Torre de Belem, sus siete colinas, sus tranvías o sus cuestas adoquinadas son algunos de los atractivos que convierten a la ciudad de la desembocadura del Tajo en única. Y si se tiene tiempo, es imprescindible una vista a Sintra, lugar de veraneo de reyes, repleta de palacios y de construcción de color pastel que nunca dejan de asombrar.

Foto: Gtres

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Encanto medieval en Toulouse

Al sur de Francia, Toulouse tiene un indudable encanto mediterráneo. Conocida como la “Ciudad Rosa” por el color de los ladrillos utilizados en innumerables construcciones, sus habitantes son abiertos, amables y no dudan en llenar los bares y la ribera del río Garona cuando sale el sol. Además, esta ciudad es un punto perfecto desde el que realizar excursiones a otras cercanas, como la maravillosa Carcassonne y su ciudad medieval amurallada, o Albi, cuya Catedral de Santa Cecilia es una verdadera joya.

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Entre dos continentes: Estambul

La antigua Constantinopla es una de esas ciudades a las que querrás regresar una y otra vez, pues el encanto de sus calles, de sus mezquitas, de sus mercados y de su gente atrapa. Prueba de ello son la Mezquita Azul y la de Santa Sofía. Esta última nació como basílica y en su interior aún se ven frescos y mosaicos con Cristo como protagonista. Aunque si hay una mezquita no hay que perderse es la Yeni Camii, o Mezquita Nueva, en el Cuerno de Oro, frente al Puente Gálata. Por cierto, desde la Torre Gálata se ve una panorámica de Estambul y el Palacio de Topkapi inigualabes.

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Tras las vacaciones de verano -quien las tenga- las escapadas otoñales se convierte para muchos en imprescindibles. La depresión postvacacional se puede alargar hasta la Navidad y no hay nada mejor para sobrellevarla que tener un viaje a la vista. En este sentido el ansiado Puente de Diciembre, 6 y 8 de diciembre -Día de la Constitución y la Inmaculada Concepción, respectivamente-, es un momento perfecto para conocer esa ciudad que está cerca de casa pero siempre dejamos para más tarde porque “ya habrá tiempo”.

Pues bien, ese tiempo ya ha llegado. Viajar durante el Puente de Diciembre -Puente de la Constitución o Puente de la Inmaculada- es un verdadero placer que os recomendamos efusivamente. Es en esta época del año cuando media Europa ya está engalanada con las luces y los colores de la Navidad pero aún no está metida de lleno en dichas celebraciones. Además, al no ser fiesta en el resto de los países europeos, como en verano, la cantidad de turistas con lo que cruzarse es sustancialmente menor, por lo que la visita a los monumentos es mucho más cómoda.

“Pero hace frío”, pensarán muchos. Y nosotros les contestamos: “¿quién dijo miedo?” El frío no debe ser un impedimento para viajar. Es una época en la que las ciudades cambian su aspecto aunque no siempre para mal. Es cierto que hay que ponerse muchas capas de ropa y prepararse para las bajas temperaturas, pero a cambio tenemos estampas únicas, momentos que se nos quedarán para siempre grabados en la retina.

Por eso, os proponemos estos ocho lugares europeos en los que disfrutar de un Puente de Diciembre único y, sobre todo, diferente. En ellos podréis descansar, descubrir sin prisas aspectos, colores y sabores que no se podría disfrutar en otra época del año.

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