La noche confiere magia, misterio y una perspectiva muy especial a estos escenarios que ya de por sí resultan muy sugerentes. Tanto la mezquita de Córdoba como la Alhambra de Granada programan interesantes visitas arropadas por la noche, eso sí, con una bella iluminación.
Legado omeya
El olor de incienso, de azahar y el calor de la noche cordobesa dan la bienvenida a los visitantes que aguardan en el Patio de los Naranjos, donde se inicia el recorrido. Este comienza con una proyección audiovisual que explica la historia del monumento y de la ciudad y prosigue por las distintas zonas del templo mientras se contempla un espectáculo de luz y sonido. La narración moteada con detalles arquitectónicos y algunas anécdotas del templo acompaña la visita que tiene como puntos álgidos por su belleza y dramatismo la Sala de Oración y el Mihrab. La Mezquita Catedral de Córdoba es Patrimonio de la Humanidad desde 1984 y está considerada el monumento más importante de todo el Occidente islámico. Entre sus paredes se resume la evolución completa del estilo omeya en España, además de los estilos gótico, renacentista y barroco de la construcción cristiana. La visita tiene plazas limitadas y una duración de una hora aproximadamente.
Por los palacios de la Alhambra
Es difícil encontrar una imagen más bella que la que se obtiene de la Alhambra al caer la tarde desde el Albaicín. Su silueta contundente se recorta en el cielo rodeada por las cumbres de Sierra Nevada. Es el momento de acercarnos hasta el conjunto monumental para recorrer en las cálidas noches granadinas los Palacios Nazaríes y los Jardines y el Palacio del Generalife. Se trata de dos visitas distintas que se realizan en el mismo horario, así que habrá que escoger. Ambas muestran la delicadeza del palacio bajo una iluminación tenue que crea una atmósfera intima y muy especial. A ello se suma el sonido del agua, el aroma de las flores y la belleza de las filigranas decorativas de este monumento creado a lo largo de más de seiscientos años por culturas tan diversas como la musulmana, la renacentista o la romántica.