El estatus de Venecia como ciudad para enamorados es imposible de desterrar. No obstante, su belleza y su singularidad da para mucho más que para unos paseos romanticones y una velada con arias italianas de fondo. Los niños también pueden disfrutar de sus canales, palacios y puentes. Solo hay que saber cómo transformar este parque temático del amor en un patio de juegos para todos.