¡Y con fartons!

Alboraia crea una nueva ruta para reivindicarse como capital de la horchata

Al norte de la ciudad de València, entre el mar y la huerta, se encuentra "escondida" Alboraia, la cuna de la horchata artesana.

La horchata... Esa bebida dulce y refrescante, protagonista de tantas meriendas entre familia y amigos. Algunos dirán que no hay verano sin beso, pero tampoco lo hay sin horchata y fartons. Un combo valenciano que se ha ido abriendo paso nacionalmente hasta llegar a supermercados (y neveras). Aunque ahora, más que nunca, Alboraia, la cuna de la chufa —el ingrediente clave en esta ecuación mágica— reclama el valor artesanal de este tesoro gastronómico. Si en estas fechas en las que el calor empieza a apretar, estás cerca de València, no puedes dejar de visitar este pequeño oasis de huerta y tradición. 

campos huerta

Campos de Chufa en Alboraia | Foto: Antonio García

AIXÒ ES OR, XATA!

Y como toda tradición, su origen también esconde una buena historia. O más bien una leyenda. De esas que nadie se cuestiona, porque… ¿para qué hacerlo? Cuenta la leyenda que una joven valenciana le ofreció a Jaime I,  Rey de Aragón, de Mallorca y de Valencia, un vaso de horchata. Al monarca le encantó su sabor y quiso saber qué era esa bebida tan extraña, ella le contestó que se trataba de leche de chufa, a lo que él replicó: “Això no és llet, això és or, xata!" (¡Esto no es leche, esto es oro, guapa!). 

Más allá de su sabor y sus propiedades nutricionales, la horchata es una cultura en sí misma

La horchata es sin duda la especialidad gastronómica más emblemática de Alboraia, un municipio ubicado a menos de 4 kilómetros de València. Una bebida única que representa la identidad de un pueblo y que, a su vez, también posee múltiples propiedades —por ejemplo, proporciona energía, es diurética, ayuda a prevenir el colesterol y es apta para celíacos, entre otros beneficios—. 

“Más allá de su sabor y sus propiedades nutricionales, la horchata es una cultura en sí misma, un producto muy local que representa una forma de vida de la que participan numerosos habitantes de Alboraia y sus alrededores, y que merece convertirse en una experiencia turística única”, cuentan desde el Club de producto “Alboraia, Artesans de l’orxata”.

horchata Alboraya
Foto: Alboraia Turismo

De hecho, Miquel Minguet, fundador de Horta Viva lleva catorce años velando porque el legado de agricultores y artesanos no se olvide. Su admiración por la huerta valenciana, así como  sus cualidades medioambientales, culturales, sociales y gastronómicas, le llevó a crear una serie de experiencias para conocer de cerca un patrimonio que a veces se desconoce. “Al ver estos paisajes casi se te olvida que estás a un paso de la ciudad, pero es así”, añade Miquel. 

Això es una ruta, xata!

Una singular ruta en la que descubrir todo el proceso que rodea la horchata. Presenciar el laboreo del campo, la cosecha o la selección de chufa, “un pequeño tubérculo exclusivo de L’Horta Nord, que no se cultiva en ningún otro lugar de Europa y cuyo procedimiento de secado solo ocurre aquí”, comenta a Viajes National Geographic; hasta una visita a un secadero. “Es una de las paradas que más sorprende”, admite mientras pisa las cincuenta toneladas de chufa que hay bajo sus pies.

Secadero de chufa
Secadero de chufa que se puede ver en la ruta | Foto: Antonio García

Una nave diseñada en los años setenta para secar durante tres meses esta materia prima, uno de los requisitos indispensables para conseguir la denominación de origen. “Su recogida comienza en noviembre y continúa durante los meses de frío, para después secar la chufa de la manera tradicional, con el viento que pasa lentamente por sus ventanas”, añade el creador de Horta Viva.

Horchata, ¿dónde probarla? Desde Alboraia a Madrid

Casi todos los valencianos y valencianas estarán de acuerdo al decir que la auténtica horchata está en Daniel. En 1960, Daniel Tortajada y su esposa Concha Aguilar abrieron su primer local ubicado en la Calle Milagro de Alboraia —ahora llamada Avenida de la Horchata—. Construyeron un edificio desde cero, con la visión de ser el templo de la horchata con fartons, y personajes como Salvador Dalí o Rafael Albertí no se lo quisieron perder.

Desde entonces, ya va por la tercera generación de artesanos que siguen manteniendo con vida esta dulce tradición. Dado el éxito, en los últimos años también han abierto en la capital, concretamente en el Mercado de Colón y en la Plaza de la Reina

¿Más lugares donde probarla? Sin salir de Alboraia, la ruta continúa por L’Obrador de Bou (Avenida Mare Nostrum, 7), la primera horchatería-heladería artesanal ecológica; La Xufera (Avenida Divi Mestre, 8), Panach (Avenida de l'Orxata, 19) o Toni (Calle Colón, 11), abierto en 1964 en el centro urbano de este municipio.

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la tarta de horchata y fartons de Pepina Pastel | Foto: Pepina Pastel

Mientras que en el barrio valenciano de Benimaclet se pueden encontrar otras mecas  horchateras, como Els Sariers (Calle Sarcet, 6) y Rin (Calle Emilio Baró, 83). Aunque para los más escépticos, también es posible beber auténtica horchata artesana en Madrid, concretamente en la horchatería Alboraia en plena calle Alcalá desde 1980.

La modernidad también se ha abierto paso en los últimos años con ejemplos como Sequer Lo Blanch, un espacio de ocio y gastronómico en plena Horta Nord, entre campos y palmeras, donde disfrutar de la horchata, pero también de talleres, música y una agenda repleta de actividades para todas las edades. Aquí la horchata adquiere formas diversas: desde la tarta de horchata y fartons de Pepina Pastel,  al Jazz in Turia, el cóctel de horchata con ron y vainilla del Llit del Túria; la reinterpretación del curry de Borja Ibrán para Gamberra, con coco, horchata y espárragos, o el flan de horchata con garrapiñada de pistacho y frutos rojos del restaurante de La Mozaira.