Orgullosa de su espléndido patrimonio artístico y arquitectónico, de la belleza y diversidad de sus paisajes, así como de su singularísimo folclore, la Alsacia fronteriza con Suiza y Alemania ha sabido preservar a lo largo de siglos tormentosos sus múltiples señas de identidad. Estas peculiaridades la han convertido en uno de los destinos turísticos más seductores de Francia. No en vano Luis XIV, su conquistador Rey Sol, cayó rendido ante el encanto de «tan bello vergel».