Un bosque de rascacielos de entre 150 y 330 metros de altura se alza entre las calles Mission y Market, en pleno distrito financiero de San Francisco y a poca distancia de la famosa bahía. En ese nudo de avenidas flanquedas de edificios de acero y vidrio que alojan museos de arte y oficinas, se localiza el Salesforce Park, un parque elevado que recuerda el High Line neoyorquino. A pesar de sus muchas diferencias, ambos parques representan una innovación urbana en grandes ciudades cuyos habitantes reclaman espacios verdes para pasear, hacer deporte, celebrar eventos o simplemente sentarse al sol.
El Salesforce Park no se asienta sobre una antigua vía de tren como el High Line de Nueva York, sino que se extiende sobre el techo que cubre el Salesforce Transit Center. De esta innovadora estación de transportes, inaugurada en 2018, parten las líneas de autobús que conectan la bahía de San Francisco y algún día recibirá la línea de tren de alta velocidad que recorrerá la costa oeste desde Los Angeles.
Visto desde el aire (o desde alguno de los rascacielos que lo rodean), el parque Salesforce es un largo rectángulo surcado por paseos y manchas de distintos tonos de verdor. A más de 20 metros de altura, las casi dos hectáreas de superficie que ocupa albergan 13 zonas botánicas distintas, con 600 árboles y 16.000 plantas de diversos continentes.

Salesforce Park a vista de pájaro.
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Es un espacio para explorar en varias tandas para, así, detenerse a distinguir las diferencias entre las especies de California, Australia, Sudáfrica o Chile. Secuoyas, palmeras californianas, dragos canarios, araucarias que son el hogar de varias especies de aves que han hallado en el Salesforce Park su oasis urbano. Igual que los numerosos corredores, practicantes de yoga y de taichí, además de familias con niños, que ocupan parterres y senderos desde primera hora de la mañana hasta la noche (el parque abre de 6 a 21h de mayo a octubre, y hasta las 20h de noviembre a abril).
Hay también un jardín del desierto, otro de la niebla, un humedal y un jardín prehistórico. En este último puede verse plantas que ya existían en la época de los dinosaurios: un tributo al colmillo de mamut y los fragmentos de huesos de vertebrados del Pleistoceno (10-15 millones de años atrás) que se desenterraron en 2012 durante las obras de cimentación del edificio y que ahora se exponen en la Academia de las Ciencias de California, en el parque Golden Gate de San Francisco.

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El Salesforce Park podría pasar desapercibido en medio del laberinto de avenidas y altos edificios de San Francisco. Se descubre casi por casualidad, subiendo desde la zona de Embarcadero por Mission Street, cuando al parar en un semáforo para cruzar la calle y girar la cabeza hacia la izquierda, un reflejo plateado llama la atención. Es la cubierta troquelada del Transit Center, una marquesina ondulada, calada con motivos geométricos que combinan elementos matemáticos, científicos y artísticos.

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Como una enorme cola de dragón coronada por un penacho verde en lo alto, la fachada de la central de transportes se extiende a lo largo de cuatro manzanas. Hay varios accesos al parque con ascensores y escaleras mecánicas que llevan directamente a rincones tranquilos o a la siempre activa plaza central, donde se suelen organizar la mayoría de eventos. El otro punto de reunión es el anfiteatro, una gradería semicircular con aforo para mil personas que suele acoger conciertos en verano. La Bus Fountain, con sus 247 surtidores de agua como pequeños géiseres, es el espacio preferido de los más pequeños.