Fue una boda, la que unió al rey Alfonso XIII con Victoria Eugenia de Battenberg, el acontecimiento que lo cambió todo. Celebrada en Madrid en 1906, la ciudad no disponía de ningún hotel a la altura para acoger a los ilustres invitados provenientes de Europa, quienes tuvieron que alojarse en palacios locales que la nobleza española puso a su disposición. Cuatro años más tarde se acababa el agravio: el propio rey Alfonso XIII inauguraba el Ritz, el primer hotel de lujo de España.
Madrid comenzaba a posicionarse en el mapa internacional gracias a referentes de la vida social y cultural como este hotel, al que luego le sucederían coetáneos como el hotel Palace. De estilo afrancesado, creado a imagen y semejanza que su homólogo en París, la Belle Époque desplegaba sus alas en la capital asentando un nuevo canon cosmopolita que 100 años después comienza una nueva y lujosa vida, la que acaba de empezar bajo el paraguas de la cadena de lujo asiática Mandarin Oriental y que garantiza una larga vida al hotel Ritz.