Aventuras Literarias: mapas para viajes literarios

La editorial que invita con bellos mapas a viajar al Nueva York que encontró Federico García Lorca, al Buenos Aires y al París de Julio Cortázar, al Londres de Sherlock Holmes, al Madrid de Benito Pérez Galdós y a otros muchos lugares que todo lector ha deseado recorrer alguna vez en su vida.

1 /8

Foto: Aventuras Literarias

1 / 8

Aventuras Literarias y sus mapas para amantes de los libros

Aventuras Literarias nació como una empresa dedicada a la gestión cultural especializada en literatura. Apasionados de los clásicos de la literatura universal, desarrollaron primero la colección Ingenios, basada en la creación de mapas literarios en los que ubican y dan contexto a los lugares citados en novelas tan populares como, por ejemplo en la imagen, La vuelta al mundo en 80 días de Julio Verne. Luego llegó la colección Paisajes Literarios, en la que abordan ensayos geográficos y bibliográficos de clásicos contemporáneos como Rayuela, de Julio Cortázar. Su próximo proyecto está a punto de salir y nos llevará a la Lisboa del poeta Fernando Pessoa.

Foto: Aventuras Literarias

2 / 8

Cada mapa es un objeto de colección

Los mapas de Aventuras Literarias alcanzan la dimensión del objeto de colección. Además del detalle en su documentación, están hechos con mimo artesanal, utilizando los mejores papeles y tintas del mercado. Los colores y la tipografía usados buscan replicar los diseños históricos de cada una de las épocas que se representan, como es el caso del bellísimo mapa de Londres en las novelas de Jane Austen de la imagen.

Foto: Aventuras Literarias

3 / 8

Los títulos de Aventuras Literarias son artefactos literarios únicos

Cada una de las obras es mucho más que un mapa. Se trata de un nuevo formato literario, no solo desde un aspecto formal (cada mapa se combina con una versión web) sino que también lo son desde la idea que buscan de establecer una relación física con la literatura y que el lector se convierta en parte activa de la aventura, pudiendo viajar a los lugares cartografiados, como por ejemplo al Londres de Sherlock Holmes con el mapa de la imagen.

Foto: Aventuras Literarias

4 / 8

Un mundo literario lleno de detalles

El proceso de cada obra comienza con una lectura del libro buscando las referencias de interés geográficas y literarias. El siguiente paso es documentar todas esas referencias y decidir las que formarán parte de la edición del mapa. La documentación depende mucho del autor seleccionado y si se trata de un mapa genérico (que incluya varias obras) o de un mapa basado en un solo libro. Finalmente, se llega a la parte gráfica en la que se busca el mapa más adecuado para cada proyecto, se restaura e interviene en su diseño. El resultado es un mundo lleno de detalles como este Londres en las novelas de Sherlock Holmes.

 

Foto: Aventuras Literarias

5 / 8

El Nueva York de Federico García Lorca

Cada mapa es la puerta de entrada a un mundo literario. Es el caso de este Nueva York en un poeta que ubica más de 50 lugares de Nueva York por los que pasó de Federico García Lorca en su estancia entre 1929 y 1930.

Foto: Aventuras Literarias

6 / 8

Una vuelta al mundo con Verne

Los mapas de Aventuras Literarias son de gran tamaño. Por ejemplo, el mapa que muestra el mundo de 1872 en el que se desarrolla la famosa novela de Verne, La vuelta al mundo en 80 días, mide 70x100 centímetros. El reverso del mismo, contiene un diagrama en el que se puede observar los medios de transporte, países y continentes que Phileas Fogg visita cada día de su viaje.

Foto: Aventuras Literarias

7 / 8

El Madrid más literario de Galdós

En la mayoría de los casos, hablamos de mapas de ciudades que ya no existen. Por lo que, en cierta forma, se convierten en guías para un viaje al pasado. Es el caso de este Madrid en las novelas de Benito Pérez Galdós, con localizaciones que nos trasladan a las novelas más importantes del autor, cafés de la época y calles que transitó el autor clave de la novela realista del XIX.

Foto: Aventuras Literarias

8 / 8

Del papel a la web

Los títulos de Aventuras Literarias tienen un formato híbrido en el que se combina el papel más tradicional con las ventajas de lo digital. Cada obra de la colección Ingenios tiene su propia página web que expande la información con documentos adicionales como fotografías, textos digitalizados y localizaciones, que permiten a todo aquel que lo desee hacer el viaje de forma física.

Que las geografías se transitan sumando por igual pasos y letras lo saben bien Mónica Vacas y Daniel Castillo, los responsables de Aventuras Literarias, misterio y sociedad de aventureros que editan mapas para amantes de los libros. Mapas bellísimos en los que las ubicaciones se expresan en coordenadas de latitud, longitud y deseo. “Buscamos recuperar la magia de los mapas y la aventura de leer”, afirman en toda una declaración de principios.

El dedo en el mapa

La prueba de que los mapas, como los libros, guardan el mayor de los deseos –el ser otros–, está en ese juego al que todos hemos jugado alguna vez en el que cierras los ojos, mueves el dedo en el aire, lo dejas caer en una parte del mapamundi y ese es, exactamente, el lugar al que irás. Sin saber nada de él, observas su forma, los colores, los nombres que encierra, lo imaginas, y te imaginas allí. Otra cosa es que el dedo caiga en medio del océano; pero siempre puede haber una isla cerca como un consuelo. Hay otra forma de jugar en la que el destino no es resultado del azar, sino que llegamos a él tentados –si es que la tentación no es otra forma azarosa de vivir–. Charlie Marlow, el marinero de El corazón de las tinieblas (Joseph Conrad, 1899), miraba de niño el atlas, que entonces tenía más espacios en blanco que hoy y, cuando veía un lugar que le parecía tentador, ponía el dedo en el mapa y decía: “Cuando sea mayor iré allí”.

“El mapa obtiene la dimensión de objeto, hecho con mimo, utilizando los mejores papeles y tintas del mercado”

“Ir allí” es la expresión del viaje. Pero de viajes hay tantos como personas: “Tenemos una idea de viaje bastante loca –explican Mónica Vacas y Daniel Castillo–. Al contrario de lo que pueda parecer, nunca viajamos en la fase de preparación de nuestros mapas. No tendría sentido, ya que no solo viajamos en el espacio, también viajamos en el tiempo. Sería viajar a ciudades que ya no existen”.

Sólo con la imaginación se puede vagabundear por los lugares que el tiempo cambió. Imaginemos seguir los pasos de Phileas Fogg por el mundo conocido de finales del S. XIX, o ir tras las pistas del Londres de Sherlock Holmes, o, quizá, buscar inspiración en el Londres de las novelas de Jane Austen, o incluso puede que deseemos desaparecer en ese Nueva York, ciudad de los espejos, de Paul Auster. Son sólo algunas de las propuestas que Aventuras Literarias va sumando a su catálogo desde su fundación en 2013. “Nuestra pasión por los grandes clásicos –dice Mónica Vacas– nos llevó a crear primero la colección Ingenios, con la que diseñamos mapas literarios en los que ubicamos y damos contexto a los lugares que aparecen en las novelas. Luego llegó la colección Paisajes Literarios, en la que abordamos ensayos geográficos y bibliográficos de clásicos contemporáneos”.

Cada uno de los títulos que publican es un artefacto literario perfecto lleno de referencias, de citas, de coordenadas, direcciones, biografías, colores y tipografías representativas de cada época: la experiencia de una lectura expandida más allá de las páginas. “Nos gusta la idea de un nuevo formato literario, no solo desde un aspecto formal –explica Mónica Vacas– sino también desde la perspectiva de establecer una relación física con la literatura y que el lector se convierta en parte activa de la aventura”.

"El resultado es un ensayo que a la vez es una guía de viaje".

Detrás de todos los títulos hay un importante trabajo de documentación y tanto cuidado en el diseño que lo que nos queda son verdaderos objetos de colección –el tesoro no está en el mapa, es el mapa– de los que dudarás si colocarlos en tu librería o colgarlos enmarcados en la pared del salón. Un delicado trabajo que en general les lleva un mínimo de dos meses; pero que según la complejidad de la obra puede llegar hasta casi un año de trabajo. Todos los proyectos comienzan con una lectura detallada: “estudiamos y diseccionamos el texto en busca de las referencias de interés”.

Siempre se dijo que los viajes nacen de lecturas que avivaron el deseo por viajar. Algo que evidencian los dos últimos lanzamientos de la editorial: París-Buenos Aires, trazando la rayuela y Nueva York, la ciudad de los espejos que funcionan a modo de guías de viaje. El primero es una propuesta para recorrer, como si el Río de la Plata continuara en el Sena, o a la inversa, el París y el Buenos Aires de Julio Cortázar; mientras que el segundo es un ensayo geográfico con el que transitar el Nueva York de Paul Auster.

Más allá del papel

Como si fuera un ritual secreto; así entran los lectores de Aventuras Literarias al mundo digital. El mapa físico y lo digital conviven en un formato híbrido. Cada título de la colección Ingenios tiene su propia versión web que amplía la información con todo tipo de material adicional: fotografías, rutas, las obras digitalizadas, documentos de todo tipo que nos ayudan a documentar el viaje. “La web –detalla Mónica Vacas– está concebida como un complemento que nos permite incluir las ediciones digitales de los textos, contextualizar cada localización, incluir imágenes de la época y contraponer pasado y presente. Ofrece la posibilidad de concretar ese viaje de una manera presencial”.

Tal vez, a algunos viajeros no les sea suficiente la guía turística al uso con lugares que ver, donde dormir y comer y prefieran –más flâneurs que turistas– usar los libros y los mapas de Aventuras Literarias como única brújula. En definitiva, qué importa que realidad y ficción se mezclen cuando hablamos de viajar si el viaje es poner el dedo en el mapa y desear ser otros.