Ayer y hoy

El puente de Gálata de Estambul, Turquía

Las pasarelas sobre el estrecho del Bósforo no solo han unido orillas, también dos continentes y dos formas de ver la vida

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El puente en 1846

El primer puente de Gálata fue construido donde se dice que, hasta el siglo XV, una enorme cadena permitía a los bizantinos proteger su puerto. De madera y anclada sobre pontones, la pasarela fue la obra más ambiciosa del proyecto otomano para modernizar la ciudad. Aquel puente fue reemplazado en 1863 por otro creado para impresionar a Napoleón en su visita a la ciudad, a la que legó una frase que pasaría a la historia: "si la tierra fuese un solo estado, Estambul sería su capital". El Gálata, trasladado en 1912 a su ubicación actual, ayudó a comunicar las dos orillas del Cuerno de Oro y sus gentes, que se reunían en las tabernas instaladas en su nivel inferior, y que resultaban irresistibles para los viajeros románticos del siglo XIX. Se dice que los bizantinos sumergieron tantos tesoros en el Bósforo durante la conquista otomana que sus aguas tenían un brillo dorano.

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El puente en 2016

Junto a otros puentes inertes que cumplen con su función, el de Gálata es como una ciudad donde la gente transita, trabaja, pesca, cocina... Reconstruido por última vez en 1994 tras un incendio, la visita a este nexo entre el Estambul histórico y el moderno se puede realizar en coche por sus 6 carriles superiores o a pie por el piso inferior donde hay comercios y restaurantes de pescado fresco. Sentados casi a ras del agua se puede contemplar el trasiego marítimo que circula por las aguas del Bósforo. A los lados se divisa la orilla europea, salpicada de minaretes como el de la mezquita Yeni Camïï, la más cercana, y la asiática, con edificios modernos en torno a la Torre de Gálata (s. XIV), otro excelente mirador.

Mapa: Google

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Mapa de situación del Puente Gálata

El Puente Gálata (Galata Köprüsü) es un puente de 490 metros de longitud situado en el estuario conocido como el Cuerno de Oro.

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El puente de Gálata es

, y el mejor lugar desde el que iniciar la visita a la ciudad turca. Con sus 490 metros de largo, une los dos márgenes del Cuerno de Oro, un estuario del Bósforo, que a su vez conecta el

con el mar de Mármara.

Además de ser una arteria básica para las comunicaciones de la ciudad, este mítico nexo de conexión ha sido un motivo de inspiración para numerosos artistas, escritores y cineastas, que lo han incluido en sus obras confirmando la importancia de una infraestructura como esta para una ciudad como Estambul.

Quizás debido a su situación privilegiada desde el punto de vista geoestratégico y a la cantidad de viajeros, navegantes y turistas que a lo largo del tiempo han pasado por este lugar, el puente de Gálata se ha convertido en un núcleo de actividad frenética. Debajo de la calle que transita por él, una multitud de restaurantes que sirven el pescado más fresco de la ciudad ofrecen al visitante la oportunidad de disfrutar de una cena a orillas del mar, a menudo amenizada por músicos ambulantes y un sinfín de lucecitas que se desdoblan en sus reflejos acuáticos. Algunos de estos locales son barcos que se balancean con el oleaje del canal, algo que aporta más romanticismo al ambiente, si cabe.