El paisaje sigue bello, casi intocable, el río Matarraña, los ancianos olivares y sus cipreses...
Así describía el escritor chileno José Donoso la comarca donde vivió una temporada, cruce de fronteras entre Teruel, Tarragona y Castellón. La definición aún vale hoy: el paisaje sigue siendo bello y de naturaleza variada. Diríase un continente lleno de barrancos, sierras y miradores. También túmulos ibéricos, casas de labranza y dieciocho pueblos que aparecen ocres, terrosos, apiñados, siguiendo la carretera provincial.