A lo largo de la geografía española se escenifica en estas fechas el nacimiento de Jesús en representaciones populares en las que interviene toda la población. Sus calles se convierten durante esos días en un lejano Belén, donde María y José buscan cobijo para alumbrar a Jesús. Tradición, teatro y una gran colaboración ciudadana para crear un vistoso y efímero momento.
Bàscara. Uno de los grandes belenes vivientes es el de esta localidad del Empordà gerundense que se viene celebrando desde 1973. Cabe destacar los escenarios naturales donde se desarrolla la representación que dan gran autenticidad al pessebre.
Biutrago de Lozoya. Los vecinos de este pueblo madrileño escenificaron el nacimiento de Jesús por primera vez en 1988. Desde entonces, la representación no ha cesado de crecer hasta contar con más de 200 actores que dan vida a 39 cuadros. El belén tiene lugar por las calles del casco antiguo de la ciudad y como telón de fondo, sus murallas iluminadas.
Arcos de la Frontera. Una veintena de escenas se montan por las calles de este pueblo blanco gaditano. Es uno de los más antiguos, se viene celebrando desde 1971, y en él participan mucho de los vecinos de Arcos. Sólo se representa el sábado 21 de diciembre.
Alcanadre. También data de 1971. Se escenifica en la ladera del Monte de Viso, con sus cuevas y oquedades, lo que lo convierte en un escenario privilegiado para la ocasión. Un momento clave para esta localidad riojana.
Sangüesa. El día seis de enero, a las nueve de la mañana, la comitiva sale del palacio de Viana para recorrer las distintas escenas que componen este belén viviente de Navarra. El nacimiento está situado en la plaza Mayor de la localidad, rodeado de niñas que lucen el traje regional.
También se escenifican belenes vivientes en Corbera (Barcelona), Santillana del Mar (Cantabria), Guijo de Galisteos (Cáceres), Cabezón de Pisuerga (Valladolid), Torres de Fals (Barcelona), Peralta (Navarra), Montemolín (Badajoz), Las Cabezas de San Juan (Sevilla), El Berrueco (Madrid), entre otras localidades.