De punta a punta

Playas, senderos verdes y chiringuitos: así es el Biarritz valenciano

Benicàssim y su entorno se ha convertido en un destino ideal para entregarse a las tardes de verano, a los mejores arroces y, por supuesto, a los arenales más irresistibles.

Es inevitable. Con la llegada del calor —¡y qué calor!— se pueden ver las hordas de gente poniendo rumbo a Benicàssim. Este municipio costero de la Comunitat Valenciana triplica su número de habitantes durante los meses de verano. Y no solo por los festivales —¡qué también!—, sino por la variedad (y calidad) de sus playas. Arena dorada, estrechos espigones, chiringuitos con música en vivo, bulevares de palmeras… Los grandes clásicos del Mediterráneo se encuentran en este litoral, que encabeza el número de playas con Bandera Azul de la provincia. Con las chanclas y la toalla en mano, comienza la ruta por esta costa custodiada de norte a sur por Oropesa y Castellón.

 

Playa de Voramar
Playa de Voramar | Comunitat Valenciana

PLAYA VORAMAR

Empezando por el norte, justo en uno de los extremos de Benicàssim y compartiendo custodia con Oropesa del Mar —eterna "ciudad de vacaciones"—, se encuentra la playa de Voramar. Aguas transparentes, arena clara y poco oleaje, gracias a la protección de la sierra de Oropesa. Una bahía tranquila ideal para esas jornadas en las que el viento y las corrientes aprietan. 

Allí mismo acaba una de las rutas más transitadas por locales y turistas. Se trata del paseo de Isabel Coloma, prueba vigente del esplendor turístico que vivió esta zona a finales del siglo XIX y principios del XX. Sus extraordinarias villas modernistas —como Villa Elisa (P. Pilar Coloma, 6), un palacete alzado en 1942— le han otorgado el apodo del Biarritz valenciano. Un bulevar que sigue más vivo que nunca, sobre todo a principios de septiembre, cuando se celebra "Benicàssim Belle Époque", donde los participantes recrean aquellos felices años ataviados con largas ristras de perlas, bañadores de rayas y canotiers de paja.

Oropesa, Benicasim
Torre Colomera sobre la Vía Verde | iStock

Senderismo al borde del mar y un hotel de los años 30

Testigo de todo ello fue el Hotel Voramar (P.º Pilar Coloma, 1). Nacido en 1930 hasta el día de hoy, ha pasado de ser una casa de baños, a un restaurante, un hospital militar y ahora un hotel sostenible. Con un acogedor estilo mediterráneo de paredes claras y detalles de madera, habitaciones con vistas al mar y un restaurante con terraza a pie de playa.

Aquí mismo también comienza la aclamada Vía Verde (o Vía Verde del Mar). Lo que era el antiguo tramo ferroviario que unía València con Barcelona, ahora es un sendero natural que bordea algunos de los paisajes más bellos de la Costa de Azahar. Un sendero que se abre paso por construcciones consideradas Bien de Interés Cultural como la Torre vigía de Colomera o la Torre de la Corda, o por las calas naturales como Cala del Retor, Cala Orpesa la Vella o las Calas de la Renegà, situadas ya en la localidad vecina de Oropesa.

Benicàssim
Playa Torre Sant Vicent | iStock

PLAYA TORRE DE SANT VICENT

Conocida por los locales como la Playa del Torreón, no hay que pensar mucho para entender el origen de su nombre. Solo hay que acercarse a ella para toparse con la Torre Vigía de San Vicente. De estilo renacentista, esta construcción del siglo XVI formaba parte de las dieciocho torres de vigía que protegían la costa castellonense. 

Un clásico del paisaje marítimo benicense y que se ha acabado convirtiendo en una de las paradas más populares de la zona. ¿Las razones? Su cercanía al casco urbano, sus seis mil metros de arena fina y su agradable área de madera donde se organizan frecuentemente clases de yoga o pilates al aire libre. Aunque, sin duda, otro de sus reclamos más fotografiados es la pasarela que se adentra en el agua sobre un espigón natural de rocas.

Habanero, Benicasim
Restaurante Habanero

Tardeo y mucho más

¿Y qué sería de una playa sin un chiringuito? Zalê ha conseguido posicionarse como una de las beach house de moda en menos de dos años. De estilo mediterráneo y con un emplazamiento más que privilegiado, responde a cualquier deseo hedonista. Desde desayunar con vistas al mar, hasta brindar cóctel en mano con el sonido de las olas rompiendo. “Es obligado parar a tomarse una cerveza con granizado de limón o un tinto de verano granizado”, cuenta Adrián, valenciano pero castellonense de adopción, que ha vivido entre Vinaroz y Benicàssim. Pero está claro que uno de sus principales reclamos son sus famosos tardeos, un clásico ya en el ocio levantino. Tardes (y noches) temáticas que van desde música en directo, hasta tatuajes gratis todos los viernes o magia en la mesa. En primera línea de playa, también está el restaurante Habanero (Av. Ferrandis Salvador, 15), cuya decoración se inspira en el Art Decó de Cuba en los años 30. ¿Sus platos destacados? Arroz de gamba roja y alcachofa, tartar de atún rojo con espuma de patata, rabo de toro con crema de boletus o bacalao gratinado sobre espuma de patata. Eso sí, “no te olvides de reservar”, aconseja.

Playa Heliópolis
Playa Heliópolis | Comunitat Valenciana

PLAYA HELIÓPOLIS

Y en el sur, se sitúa esta playa fronteriza con la capital de la provincia y una de las más largas de Benicàssim. Una biblioteca, patinetes, campos de voleibol o las típicas hileras de tumbonas y sombrillas, para darle una tregua al sol, convergen en sus tres kilómetros de longitud. Por todos los servicios que abarca, es una de las paradas favoritas para familias y deportistas. Cines de verano a la fresca, talleres para los más pequeños, una estación naútica… Pero también es fácil ver a gente practicando windsurf y surf —¡porque el viento también sopla en el Mediterráneo!—, así como ciclistas que bordean el carril que abraza el paseo marítimo.