Cuando llega el buen tiempo, en Berlín ocurre algo sorprendente en una metrópoli: se oyen los pájaros. No es algo insólito en esta ciudad con un tercio de superficie ocupado por zonas verdes.
Incluso desde lo alto de la cúpula del Reichstag, excepcional mirador que abarca los monumentos más importantes del centro berlinés, destacan el silencio y el verdor. La cúpula de vidrio del Reichstag (el edificio del Parlamento), diseñada en los años 90 por Norman Foster como metáfora de la transparencia del sistema democrático, constituye un lugar privilegiado desde el cual comenzar a conocer Berlín, una ciudad construida, destruida y reconstruida en múltiples ocasiones a lo largo de la historia. Desde lo alto del domo es posible ver los monumentos más importantes del centro berlinés, teniendo la posibilidad de sumergirse en la evolución de la ciudad y el país.