El 21 de julio de 1221, en presencia del rey Fernando III de Castilla, se puso la primera piedra de la catedral de Burgos. Ocho siglos después, la obra más impresionante del arte gótico español sigue asombrando a cuantos viajeros posan la mirada en sus puertas, rosetón, ventanales, agujas, gárgolas y cresterías. La ciudad, cuna y mausoleo de reyes y cruce de caminos hacia las tierras del norte, conmemora este año 2021 el octavo centenario de su catedral.