La berrea del ciervo y la migración de las aves, la recolección de setas o la belleza de los bosques que mudan su follaje serán algunas de las propuestas que iniciamos con un interesante recorrido por el Canal de Castilla, la ambiciosa obra de ingeniería que quería unir por una vía navegable el interior de la Península con el mar.
Naturaleza e historia
En barco, en bicicleta, a caballo o simplemente a pie, el recorrido a lo largo del Canal depara múltiples sorpresas. Las suaves temperaturas otoñales unidas a la belleza de sus bosques de ribera que empiezan a amarillear serán los compañeros de un viaje que, además, transcurre por localidades y lugares de gran interés histórico y artístico. También hay que tener en cuenta el atractivo de la obra hidráulica en sí misma, que salva importantes desniveles –de hasta 87 metros– a través de 49 esclusas, algunas de ellas de tamaño y forma espectaculares.
El canal está flanqueado por bosques de ribera, charcas y humedales que conforman un ecosistema de gran valor ecológico
Iniciado a mediados del siglo XVIII y concluido un siglo después, este río artificial recorre unos 207 kilómetros a través de la meseta entre las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid. El Canal se divide en tres tramos o ramales unidos entre sí: el Ramal del Sur, el Ramal de Campos y el Ramal del Norte. Para recorrerlos se utilizan los antiguos caminos de sirga, que servían para que los animales de carga pudieran tirar con sogas de las barcazas que navegaban por él.
El canal está flanqueado por bosques de ribera, charcas y humedales que conforman un ecosistema de gran valor ecológico donde abundan aves como la garza imperial y el aguilucho lagunero y mamíferos acuáticos como la nutria y la rata de agua. Por otro lado, dársenas, acueductos, esclusas, arcas y arquetas de riego, molinos y fábricas de harina, presas, puentes y almacenes conforman un conjunto etnográfico de gran interés y permiten seguir la huella de aquel sueño que dejó un legado impresionante.
Los tres ramales
El Ramal del Sur, con 54 kilómetros, se inicia en la dársena de Valladolid y finaliza en El Serrón (Grijota), no muy lejos de la ciudad de Palencia. Salva un desnivel de 54 metros utilizando dieciocho esclusas. A unos dos kilómetros de El Serrón, en Calahorra de Ribas (Ribas de Campos), se encuentra el empalme con los otros dos ramales. Ahí se puede tomar el llamado Ramal de Campos, mucho más largo (78 kilómetros), pero con menor desnivel (22 metros) y sólo siete esclusas. Este ramal termina en Medina de Rioseco, en la dársena más importante de todo el Canal de Castilla donde se encuentra la antigua Fábrica de Harina de San Antonio, reconvertida en museo.
El Ramal del Norte se inicia en Calahorra de Ribas y se dirige a la localidad de Alar del Rey –donde se inauguraron las obras hace casi trescientos años–. Este recorrido de 74 kilómetros tiene desnivel de 87 metros que se salva a través de 24 esclusas, entre las que destaca la cuádruple esclusa de Frómista (donde se cruza con el Camino de Santiago) y la Presa del Rey en Herrera de Pisuerga, situada junto al Centro de Interpretación del Canal.

Disfrutar del paisaje
El Canal de Castilla hay que recorrerlo sin prisas, disfrutando del entorno y deteniéndose a cada punto. El tipo de terreno, bastante llano, permite la práctica de senderismo, ciclismo, piragüismo e incluso paseos en barca por diferentes tramos. A pie se tarda unos ocho días en realizar el recorrido completo y unos cuatro si se hace en bicicleta; para completarlo en piragua hay que pedir permiso. Si se opta por la vía acuática también existen embarcaciones turísticas que recorren algunos tramos. Hay varias y tienen su base en Herrera de Pisuerga, Melgar de Fernamental y Medina de Rioseco.
El uso turístico del Canal no es incompatible con otras actividades como el riego de los cultivos del entorno o el abastecimiento de agua de la zona. Antaño fue fundamental para la vida de los pueblos de alrededor con el trajín de las embarcaciones, la actividad fabril de las harineras y la viveza de los caminos de sirga repletos de gente y animales de tiro. Muestra de todo ello se puede contemplar en el Museo del Canal, situado en Villaumbrales, que conserva restos de los astilleros que permitieron la construcción y reparación de las 400 barcas que llegaron a surcar el Canal, a finales del siglo XIX. La Casa del Rey, edificio del siglo XVIII, es la sede del museo con dos plantas dedicadas a exposición museística.
Más información:
Turismo de Castilla y León
Turismo de Palencia
Turismo de Valladolid
Turismo de Burgos