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Un canal navegable, catedrales entre viñas y secretos prehistóricos... Los Patrimonios de la Humanidad fronterizos de Francia

Estas coordenadas geográficas son la síntesis de la potencia monumental y paisajística de Francia y además están muy cerca de la frontera.

La mitad meridional de Francia reúne un Patrimonio de la Humanidad diverso y excepcional. Entre otros atractivos allí se pueden encontrar pinturas rupestres, restos romanos, pueblos medievales, ciudades vibrantes, macizos pirenaicos, vías fluviales y faros solitarios, todos ellos destinos sugerentes para descubrir.

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Arles

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Arles

La provenzal Arles destaca por conservar impresionantes vestigios de su pasado romano. Los más antiguos –circo, teatro...– datan del siglo I a.C. La ciudad tuvo una segunda «edad de oro» en el IV, de la que son muestras las termas de Constantino. Ya en la Edad Media, adquirió relevancia como etapa del Camino de Santiago en Francia. Por ese motivo, Arles se beneficia de una doble inscripción en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco (2021): por sus monumentos romanos y por los nacidos como etapa del Chemin de Saint-Jacques de Compostelle en Francia.

Arles, la ciudad donde Van Gogh encontró la salvación de la pintura y donde vivió su época más fructífera, fue la primera incorporación del Imperio romano fuera de Italia. Dos mil años después de su construcción, el circo elíptico sigue acogiendo corridas taurinas y el anfiteatro de las Arènes (siglo I), en el corazón de la ciudad, sigue activo con un aforo de 21.000 espectadores. Pero Arles también mira al futuro. El arquitecto Frank O. Gehry fue el artífice de la Torre Luma, el último elemento inaugurado en el Parc des Ateliers, una estructura enroscada de 56 m de alto revestida de aluminio, que es una plataforma cultural con la que esta ciudad quiere seguir brillando.

Canal du Midi

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Canal du Midi

Desde Marseillan a Toulouse, el Canal del Midi tiene un recorrido de 241 km que discurren entre bosques, viñas y apacibles pueblos medievales. Entre estos Béziers, cuna de Pierre Paul Riquet, quien ideó en 1663 una vía fluvial para unir el Atlántico con el Mediterráneo. Catorce años después, con la ayuda de 15.000 trabajadores y la fortuna personal de Riquet, se concluía esta obra de ingeniería inscrita en el corazón del Languedoc francés y en la Unesco desde 1996. Actualmente, el Canal de Midi es una atractiva ruta fluvial que, a un ritmo lento de 6 km por hora, permite apreciar multitud de detalles del recorrido. Alquilando una de las típicas embarcaciones que recorre el canal, se pueden realizar cortos paseos o viajes de una semana, pasando por esclusas y paisaje de viñedos, pueblos medievales, castillos y abadías. Muchas etapas incluyen paradas gastronómicas como catas de vino y degustaciones de productos típicos.

Pont du Gard

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Pont du Gard

El Pont du Gard, localizado en el término de Remoulins, es uno de los acueductos romanos más altos (49 m) y mejor preservados del mundo. Destaca por la maestría de la ingeniería, con tres arcadas superpuestas y 52 arcos, y la naturaleza que lo envuelve. Fue construido bajo los imperios de Claudio y de Nerón (siglo I) para permitir el tránsito de personas, tropas y carruajes, y canalizar el agua hasta Nemausus, la actual Nîmes (a 24 km); ello propició que en esa ciudad se crearan termas, fuentes y baños, cuya huella aún prevalece. Una senda lleva hasta la base del puente y un museo narra su historia. En verano se realizan paseos en kayak en ese tramo y espectáculos nocturnos de luz y sonido. El monumento está declarado Patrimonio de la Humanidad (1985) y Grand Site National de France. Y es que los ingenieros hidráulicos romanos que proyectaron esta construcción, realizaron una proeza técnica que es una obra de arte.

Saint-Emilion

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Saint-Emilion

Entre viñas se extiende el encantador pueblo medieval de Saint-Emilion, a 40 km de Burdeos. Su nombre lo recibe del monje que habitó en una cueva cercana entre los años 750 y 767, cuya muerte propició que el lugar se convirtiese en un destino de peregrinaje. El pueblo y sus viñedos están declarados Patrimonio de la Humanidad (1999). En la visita conviene incluir alguna bodega que realice visitas y catas. El cultivo de la viña fue introducido en esta región por los romanos y se intensificó en la Edad Media, cuando en Saint-Emilion se edificaron iglesias, monasterios y hospicios, impulsados por hallarse además en uno de los caminos a Santiago de Compostela. El paseo discurre por calles adoquinadas y alguna cuesta que, cuando se supera, regala hermosas vistas. El pueblo atesora una Colegiata románica (siglo XII), con un coro tallado en madera en los siglos XIV y XVI, y un claustro que en verano acoge conciertos de música clásica. Desde la Torre del Rey, vestigio de su castillo medieval, las vistas se extienden por el valle del río Dordoña.

Cuevas del valle de Vézère

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Cueva de Lascaux

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Cuevas del valle del Vézère

En un entorno de montañas de piedra caliza, cavernas subterráneas y bosques, el valle del Vézère, en la región de Dordoña, es famoso por sus extraordinarias pinturas rupestres, siendo la mayor concentración de arte de la Edad de Piedra en Europa. El sitio prehistórico del valle del Vézère, declarado Patrimonio de la Humanidad (1979), comprende 147 yacimientos y 25 cuevas ornamentadas con pinturas de gran valor antropológico. Las más importantes son las de la cueva de Lascaux, cuyo descubrimiento en 1940 marcó un hito en la historia del arte rupestre. Las escenas de caza representadas exhiben una composición admirable y comprenden hasta cien figuras de animales, que además asombran por su colorido y vívido realismo. La localidad tiene un Museo de la Prehistoria de gran interés.

Avignon

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Aviñón

En Aviñón, el famoso puente de Saint Bénézet sobre el Ródano, sus muralla y el Palacio Papal de aspecto fortificado, conforman la riqueza medieval de esta ciudad del sur de Francia, una de las más monumentales de la Provenza. A sus pies se hallan además el Pequeño Palacio y la catedral románica de Notre-Dame-des-Doms que, juntos, atestigua el importante papel desempeñado por la ciudad para la cristiandad del siglo XIV. El palacio de Aviñón, al que en 1309 se trasladó la sede papal desde Roma, ocupa 15.000 m2, siendo considerado el mayor recinto gótico de Europa. Su visita comprende 25 salas ricamente decoradas e incluye un museo donde se describen detalles y curiosidades. La ciudad, cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad el año 1995, es toda ella escenario del famoso Festival de Teatro de Aviñón, que cada verano se representa en sus calles y monumentos.

Pirineos - Monte Perdido

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Pyrénées-Mont Perdu

La apelación Pirineos-Monte Perdido designa un vasto conjunto montañoso transfronterizo de la cordillera de los Pirineos. Fue inscrito en 1997 como Patrimonio de la Humanidad, por sus valores naturales y culturales. Está protegido por dos parques nacionales: el francés de los Pyrénées y el español de Ordesa-Monte Perdido. El macizo calcáreo tiene su corazón en el Monte Perdido, que culmina a 3.352 m de altitud. Incluye diversas formaciones geológicas, como dos de los cañones más largos y profundos de Europa en la vertiente meridional española, y tres grandes circos glaciares en la vertiente francesa, la más abrupta, entre estos el bello Circo de Gavernie. Dentro de sus límites también hay lagos resplandecientes y praderas de montaña, además de los picos más altos del sudoeste de Francia, incluido el Vignemale que, con 3298 m, es el más elevado del Pirineo francés. La Unesco también valoró su riqueza etnográfica y rural, por sus aldeas, granjas, pastizales de altura y carreteras de montaña.

Carcassonne

Vídeo: Viajes National Geographic

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Carcassonne

Desde las orillas del Canal del Midi se contempla una imagen imponente de Carcassonne, que mantiene intacto el perfil medieval del que fue un destacado bastión cátaro. El río Aude separa la Ville Basse, en realidad la ciudad nueva, y la Cité, con su bien conservada fortificación de 52 torres y dos lienzos amurallados concéntricos, que sorprendían al invasor al descubrir que dentro les esperaba una segunda muralla. Un paseo empedrado discurre entre este doble perímetro de 3 km de longitud. En la colina donde se yergue la histórica ciudad se hubo fortificaciones desde la época prerromana. Tras atravesar la Puerta de Narbona y cruzar un puente levadizo sobre un foso, se entra en Carcassonne, ejemplo de ciudad medieval fortificada provista de un vasto sistema defensivo y una de las mejor conservadas de Francia, aunque su restauración del siglo XIX a cargo de Eugène-Emmanuel Viollet-le-Duc estuvo rodeada de polémica. De fisonomía medieval hasta la médula y Patrimonio de la Humanidad desde 1997, la visita a la Cité hace viajar a tiempos de blasones, armaduras y ballestas que ahora engalanan tiendas, restaurantes y hoteles. Dos visitas recomendadas: la Basílica de Saint-Nazaire y el Castillo, que incluye un museo sobre la restauración de la ciudad del siglo XIX y otro con artilugios de tortura medievales.

Orange: teatro romano y arco del triunfo

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Orange

Esta coqueta ciudad se asienta en una llanura del valle del Ródano y en el corazón de una renombrada zona vinícola de la región meridional de Provenza-Alpes-Costa Azul, un vasto territorio que abarca desde cimas montañosas a campos de lavanda y algunas de las playas más bellas del sur de Francia. Nació como la colonia romana (Arausio) y desde la Edad Media al año 1713 acogió un principado de la dinastía Orange-Nassau, por la que er conocida como «la ciudad de los príncipes». En el núcleo histórico de Orange, Patrimonio de la Humanidad desde 1981, se alza uno de los mayores teatros romanos (siglo I) de Europa, con una escena de 103 metros de ancho excelentemente conservada. También destaca un Arco de Triunfo, uno de los más bellos ejemplos de estos monumentos erigidos en época del emperador Augusto. Frente al teatro se puede visitar el Museo de Orange de Arqueología, donde se exhiben multitud de vestigios. Por la calle Caristie se accede al casco antiguo donde sobresalen el Ayuntamiento, con una torre del siglo XVII, y la catedral de Nuestra Señora de Nazaret y Todos los Santos, de origen románico (siglos XII y XIII). La ciudad está dominada por la colina de Saint-Eutrope, desde la que se contemplan vistas de la ciudad con sus ruinas romanas.

Faro de Cordouan

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Faro de Cordouan

El faro de Cordouan se yergue en el estuario del río Giornda, en una meseta atlántica plana de la región de Nueva Aquitania. Obra del ingeniero Louis de Foix, fue erigido originariamente a finales del siglo XVI, sobre sillares de piedra caliza, en un medio natural inhóspito y expuesto a intemperies y mareas. A finales del XVIII se remodeló con pilastras, columnas y gárgolas. En la Unesco desde 2021, está considerada una obra maestra de la señalización marítima, representativa de la historia arquitectónica de los faros e ilustrativa del arte de construir faros en una época en que las técnicas de navegación se habían modernizado. La altura de la torre y la modernización de su farola son un testimonio de los avances logrados en su última etapa. La arquitectura de Cordouan se inspiró en los faros de la Antigüedad, combinada con el estilo arquitectónico de la Escuela de Puentes y Caminos de Francia.

Cueva de Chauvet-Pont

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Gruta de Chauvet-Pont

La gruta de Pont d'Arc, también conocida como Gruta Chauvet, es un un enclave del sur se Francia, que se oculta en una meseta calcárea del río Ardèche. Cobija los dibujos figurativos más antiguos y mejor conservados del mundo, protegidos como Patrimonio Mundial desde 2014. Datan de unos 30.000 a 32.000 años atrás, y constituyen un testimonio excepcional del arte prehistórico. Hace 20.000 años, un desprendimiento de rocas cerró herméticamente la entrada de la gruta hasta su hallazgo en 1994, lo que permitió la conservara en su estado primigenio. Se han podido catalogar cerca de 1000 imágenes pintadas en sus paredes con una gran variedad de formas de animales y antropomórficas. Su calidad es excepcional y su ejecución pone de manifiesto la pericia en el uso de los colores, combinada con precisión anatómica tridimensional y el sentido del movimiento. Las figuras muestran especies como mamuts, osos, gatos, rinocerontes, bisontes... También se han hallado restos de fauna prehistórica y un conjunto de huellas humanas.

Ciudad Episcopal de Albi

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Albi

Situada en el sudoeste de Francia, a orillas del río Tarn, Albi es una muestra del desarrollo arquitectónico y urbano medieval del que son testigos el Puente Viejo y el barrio de Saint-Salvi, donde se levanta su Colegiata (siglos X-XI). Tras la cruzada del siglo XIII contra los cátaros, la ciudad se convirtió en una poderosa sede episcopal. La gótica catedral fortificada de Santa Cecilia domina el conjunto e ilustra el poderío recobrado por el clero romano al término de la cruzada. En la Unesco desde 2010, Albi destaca «por ser un conjunto coherente y homogéneo de monumentos y barrios que apenas ha experimentado cambios con el correr de los siglos». Es también la ciudad natal de Henri Toulouse-Lautrec, del que una extensa colección de obras se exhibe en su museo, que en 2022 celebró su primer centenario. El fondo inicial fue donado en 1922 por la madre del pintor, la condesa Adèle de Toulouse-Lautrec, veinte años después de la muerte de su hijo. Las 227 primeras obras se fueron ampliando hasta el millar que lo componen hoy, entre óleos, acuarelas, bocetos, y sus 31 carteles más famosos, considerados en conjunto la colección más importante del mundo. El museo está instalado en el Palacio de la Berbie, antigua residencia episcopal del siglo XIII, rodeado de jardines y cuyas salas medievales son un marco magnífico para contemplar el legado del artista.

Burdeos

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Burdeos

Burdeos, la Dama de Aquitania, es una ciudad histórica y gastronómica que en las últimas décadas ha aumentado sus alicientes con nuevos edificios a orillas del Garona. Su centro histórico es un ejemplo urbanístico y arquitectónico creado en el Siglo de las Luces (XVIII), que aspiraban a hacer de las urbes humanos crisoles culturales. Además de formar parte de la Unesco (2007), es tras París la ciudad francesa con más monumentos históricos protegidos. Destaca la catedral gótica de Saint-André, las mansiones de los siglos XVIII y XIX y varios museos como el de Bellas Artes. Burdeos invita a perderse por las callejuelas peatonales de su compacto casco viejo, donde perviven restos medievales y plazas con soportales bajo los que se han instalado comercios y restaurantes. Sus campanarios y torres elevan sus agujas por encima de los tejados de pizarra. A este Burdeos se accede por antiguas puertas fortificadas, como la Porte Grosse Cloche, erigida sobre la desaparecida Puerta de Santiago, bajo la que pasaban los peregrinos a Compostela. Al mismo tiempo, Burdeos incorpora novedades arquitectónicas como La Cité du Vin, en las reconvertidas orillas del Garona, o el Proyecto Darwin, referencia hipster de un espacio sostenible, idóneo para exposiciones y conciertos.