Eran once los candidatos a representar España en el concurso europeo a Árbol del Año. Entre los escogidos se encontraban bellos ejemplares procedentes de distintos puntos del territorio español: Burgos, Salamanca, Ourense, Granada, Asturias... Un elenco envidiable de grandes centinelas que, en algunos casos, hace siglos que proporcionan sombra al suelo que los hospeda.
Este concurso europeo es una iniciativa de Environmental Partnership Association (EPA) que se celebra desde 2011 con el objetivo de promover una mayor consciencia hacia el patrimonio natural y cultural de las distintas y diversas regiones que conforman el mapa ecológico de Europa. Con esta iniciativa se consigue implicar a la comunidad local con el entorno, creando vínculos más estrechos que contribuyen a la conservación.