Aunque el castillo de Bran no fuera la residencia original de Vlad el Empalador, el personaje histórico que sirvió de inspiración al novelista Bram Stoker para escribir Drácula, se ha convertido en uno de los más famosos de Rumanía tanto por su relación errónea con este personaje y su apariencia como por su ubicación junto a la carretera Transfăgărășan. Esta es una de las fortalezas de Europa más espectaculares, pero no es la única que esconde historias fantasmagóricas.