La pirámide de Kukulcán se eleva con precisión geométrica en medio de una explanada que hace mil años fue el centro político, religioso y cultural del imperio maya. Chichén Itzá significa "boca del pozo de los itzaes", en alusión al cenote situado al norte de la pirámide y que era considerado un enclave sagrado, además de una fuente de agua dulce esencial para aquella ciudad de templos y sabios astrónomos.
El recinto arqueológico ocupa 15 km2, es Patrimonio de la Humanidad desde 1998 y constituye uno de los testimonios mejor preservados de la civilización maya. El estudio de los grabados y la disposición de los edificios ha revelado que los mayas conocían el ciclo de Venus de 584 días y el hecho de que cada 8 años retornase a la misma posición en el cielo, lo que se reflejaba a su vez en el calendario maya. El edificio que los españoles llamaron el Caracol era un observatorio astronómico.
El emplazamiento de la ciudad, rodeada de selva y a más de 100 kilómetros de la costa, sume al visitante en una especie de ensoñación que lo conduce entre monumentos sensacionales: la cancha del Juego de Pelota, la calzada que lleva al Cenote Sagrado, las esculturas del dios Chaac, los relieves de la Casa de las Monjas o las cabezas de la Serpiente emplumada (Quetzalcóatl o Kukulcán). Estos son sus emplazamientos más destacados.
1. Pirámide o castillo de Kukulkán
Este templo es el edificio principal de la ciudad de Chichén Itzá. Su estructura pone de manifiesto los conocimientos de los mayas sobre matemáticas, astronomía, geometría y acústica. Su perfecta simetría representa el calendario maya: 18 cuerpos (el número de meses, de 20 días cada uno) y 365 peldaños (días del año), cinco de los cuales se consideraban nefastos.
Al pie de la escalinata sorprenden las cabezas de serpiente que hacen referencia a Kukulcán, la serpiente emplumada, una deidad maya. En otras lugares de los templos de Chichén Itzá también se hallan representaciones de algunas partes del cuerpo de una serpiente.

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2. El cenote sagrado de Chichen Itzá
Se trata de un agujero en la tierra de forma circular con 60 metros de diámetro y 15 de profundidad. Un camino de aproximadamente 300 metros conecta este lugar sagrado con la pirámide de Kukulkán. Las exploraciones han revelado que este cenote era un punto de peregrinación del mundo maya, donde se practicaban rituales y se hacía ofrendas a los dioses.

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3. El templo de los Guerreros
Este impresionante templo rodeado de un gran grupo de columnas está formado por cuatro cuerpos de 40 metros de ancho cada uno En la última plataforma está situado el templo superior, que a su vez se encuentra dividido en dos salas. Fue construido en el año 1200 d.C, perteneciente al periodo postclásico. En ella se encuentra el chacmoool, una escultura que sostiene un cuenco posiblemente usado en los rituales.

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4. Las Mil columnas
Esta hipnótica sucesión de pilares y columnas decoradas con bajorrelieves de guerreros se yerguen hipnóticamente del suelo. Enmarcaban un patio de 1,8 hectáreas en el que, al parecer, se instalaba un gran mercado.

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5. El juego de pelota
Mide 120 de largo y 30 m de ancho. Es la cancha más grande y mejor conservada de todo Mesoamérica. Se preservan los dos anillos por donde debía pasar la bola y los palcos desde donde los familiares de los participantes -todos ellos nobles- seguían el partido.

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6. Observatorio El Caracol de Chichén Itzá
Esta edificio también es conocido como el Caracol por la forma de espiral que oculta en su interior. Se le atribuye una función astronómica puesto que las aberturas de sus muros estaban orientadas hacia Venus y otros astros. Las observaciones que se realizaban eran muy intuitivas y se llevaban a cabo sin ningún tipo de aparato.

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7. Tzompantli
Una plataforma donde se clavaban las cabezas de los enemigos. Presenta relieves de calaveras y de águilas que devoran corazones.

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8. ESCALINATA DE LA PIRÁMIDE DE KUKULKÁN
Año tras año, durante el equinoccio de primavera que ocurre cada 21 de marzo –y también en otoño, el 22 de septiembre–, un grupo de gente se reúne delante de la explanada de la pirámide para contemplar el descenso de la serpiente, animal sagrado de la civilización maya. Durante unas horas determinadas, los efectos de la luz solar sobre la escalinata del templo producen la forma ondulada del cuerpo de una serpiente, que parece descender desde lo alto de la cumbre.