Trento, la conciliadora
La ciudad donde se firmó el histórico Concilio de Trento tiene sus edificios más singulares en la Plaza de la Catedral, decorada con una fuente escultórica y rodeada con palacios como las Casas Cazuffi-Rella, con fachadas decoradas con frescos del siglo XVI. Trento, la denominada splendidum municipium por el emperador romano Tiberio, es una ciudad tranquila, asentada a orillas del río Adigio, que invita a conocer sus muchos tesoros artísticos sin prisa. El mejor paseo conecta la Plaza del Duomo y su Catedral del siglo XIII con el Castillo del Buonconsiglio, este con torreones, almenas, puentes levadizos, jardines, patios y frescos de extraordinaria belleza que trasladan a la época medieval y renacentista. En la visita guiada a este imponente recinto destacan la Loggia veneciana, el Refectorio, con bovedas con coloridos frescos, la Sala Grande, donde se recibían las visitas de ilustres y se realizaban fiestas, la Sala de la Torre, cuyos óvalos narran episodios de la vida de Julio César, o la Torre Aquila, la sala pinrcipal, que luce los frescos del Ciclo de los Meses, del siglo XV, con gran riqueza de detalles, que hablan de la vida cotidiana en Trento en el medievo a lo largo del año. Desde el Castillo se contempla además todo el centro antiguo de la capital del Trentino, un espejismo medieval al pie de los Alpes italianos.