Atlanta se conoce por su aeropuerto, por ser una ciudad estadounidense modélica y porque, allá por 1996, organizó unos JJ.OO. un tanto insípidos. Sin embargo, la capital del estado de Georgia es mucho más que una metrópolis sureña descafeinada. De hecho, en los últimos años se ha convertido en un destino alternativo y curioso gracias a su pujanza en el imaginario yankee, a sus vuelos a buen precio y a una forma un tanto particular de potenciar y mostrar sus encantos.