De Mallorca dijo Santiago Rusiñol que era una isla donde siempre reinaba la calma. Han pasado algunos años desde entonces, pero lo cierto es que en los pueblos de la isla aún es posible captar esa calma que tanto valoró el escritor modernista. No le faltaron paisajes, calles y costumbres para inmortalizar en descripciones perfectas. Más allá de la imagen playera de Mallorca, existe otra isla plagada de pequeños pueblos donde aún late la vida en intimidad.