Navarra es ante todo verde. Los valles se ondulan, crecen y se esconden entre pequeños caseríos esparcidos por todo el territorio como un cuadro de Pollock. Un patrón que se mantiene intacto hasta sus márgenes, a excepción únicamente del desierto de las Bardenas Reales, un ejemplo que por otro lado, define la biodiversidad de la zona. Y es que el Reyno cuenta con tres regiones biogeográficas -alpina, atlántica y mediterránea- en tan solo 100.000 kilómetros cuadrados, siendo el hogar del 33% de las especies de flora en toda España, algo que la está posicionando como uno de los destinos ecoturistas más demandados. En un año en que su gran reclamo -San Fermín- no ha podido celebrarse, que mejor que adentrarse a un universo de hayedos y setas para descubrir la Navarra verde a través de cuatro posibles rutas.