Entre la historia y la leyenda

La ciudad andaluza que enamoró a Hemingway y a otros viajeros románticos

Los encantos exóticos que atraparon a poetas y artistas a finales del siglo XIX están más vigentes que nunca en esta localidad malagueña.

Ronda se erige como uno de los asentamientos más antiguos de España y capital de la serranía homónima. La ciudad, que acoge unos 40.000 habitantes, es origen de historias antiguas y multitud de leyendas, por lo que vale la pena descubrirla con libro en mano o disfrutando de visitas teatralizadas que dan a conocer secretos y curiosidades. La esencia rondeña permanece viva en las calles blancas y adoquinadas del núcleo antiguo, por las que aún es habitual ver carruajes tirados por caballos. Su devoción se recoge en iglesias, conventos y ermitas excavadas en la roca. La elegancia la aportan las fachadas de palacetes que guardan patios refrescados por fuentes cantarinas. Todo ello envuelto por vistas imponentes y una gastronomía de aromas árabes y recetas andaluzas, que complementan los encantos de la malagueña Ronda

Desde el Puente Nuevo a los Baños Árabes y la plaza de toros, todo lo qué hay ver en Ronda para enamorarse de esta ciudad como hicieron viajeros románticos y escritores como Hemingway.

Ronda
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BAÑOS ÁRABES DE Ronda Y su LEGADO MUSULMÁN

El origen morisco de la mágica Ronda aún se respira en el núcleo amurallado que los árabes levantaron en el siglo VIII. Aunque la localidad malagueña cuenta con la defensa natural del Tajo, una garganta de más de un centenar de metros verticales, los bereberes la reforzaron con robustas murallas. Se conservan algunos tramos y varias puertas de entonces: la Puerta de Almocábar, antiguo acceso a la medina, originaria del siglo XIII aunque remodelada en el periodo del Carlos V; la de la Alberca, por la que se entraban ganados y víveres; la Puerta de la Cijara, cerca de los Baños Árabes, este un recinto termal de origen árabe (reconstruido en el siglo XIII), considerado el mejor ejemplo preservado del país, que se emplazan cerca del arroyo de las Culebras; y la Puerta del Puente, en la que los visitantes de antaño debían purificarse antes de entrar en la ciudad. Por último está la Puerta de la Fuente, ampliada en 1742 con el Arco de Felipe V y situada junto al legendario Sillón del Moro.

Baños Árabes de Ronda
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En Ronda se puede seguir una Ruta del Mudéjar, que recorre muchos rincones en su Conjunto Histórico en los que se conservan extraordinarios elementos de este estilo legado de los artesanos cristiano-musulmanes que, tras la conquista cristiana permanecieron en el territorio, conservando su religión, lengua, tradición constructiva y decorativa. Se preservan casas moriscas como la del Gigante, iglesias que mezclan trazos del arte islámico y del gótico como la del Espíritu Santo, erigida en 1485 para conmemorar la victoria cristiana, así como palacetes: el de la Mina del Rey Moro guarda una mina de captación de agua, ejemplo de ingeniería hidráulica árabe. 

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Puente Nuevo de Ronda
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el puente nuevo y otros PUENTES DE RONDA

El Puente Nuevo es el icono de Ronda. Comenzó a construirse en 1735 con un arco de 35 metros de diámetro, pero seis años después se derrumbó. La obra que hoy se contempla se retomó en 1751 y fue concluida 40 años después, en 1793, en esta ocasión con varios arcos y más de un centenar de metros de altura sobre la garganta del Tajo, por cuyo lecho corre el río Guadalevín. Esta pasarela pétrea regala vistas impresionantes de los alrededores, siendo el principal mirador de Ronda.

La colosal obra de ingeniería guarda en su interior un museo donde se narra la historia de su construcción. Precisamente cerca y con vistas al Puente Nuevo y al Tajo se localizan el Parador de Ronda, que ocupa el antiguo ayuntamiento de 1761, la Alameda del Tajo, un paseo arbolado creado en 1806, y los Jardines de Cuenca, con terrazas con vistas al emblemático cañón. 

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Puente Viejo de Ronda
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Sin embargo, el Nuevo no es la única pasarela que se puede cruzar en Ronda. El Puente Árabe, también llamado Romano, se halla a pocos metros de los Baños Árabes. Se accede atravesando el Arco de Felipe V, que se erigió en 1741 para embellecer la entrada a Ronda de visitantes y mercaderes; ha vivido muchas reparaciones por lo que preserva poco trazos de su origen del siglo XI. No muy lejos está el Puente Viejo (sigo XVI).

Arco de Felipe V en Ronda
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MURALLAS DE LA RONDa medieval

Las murallas árabes de Ronda fueron reforzadas en época cristiana, abarcando en el sector oeste el muro de la Albacara, donde se abrió la Puerta de los Molinos o del Cristo. La Puerta de Almocabar estaba en el sector sur amurallado de la medina y fue reestructurada en el período de Carlos V: toma su nombre de la palabra Al-maqabir (cementerio) y fue uno de los accesos principales en época de dominio árabe.

Muralla de Ronda
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Más vestigios del lienzo amurallado se pueden admirar en el este de la ciudad donde está la muralla de la Cijara y su puerta: este tramo en los antiguos arrabales de la medina contaba con una doble línea defensiva. Por último, en el sector oeste se extiende la muralla de la Albacara, cuya función era proteger las zonas agrícolas y sus molinos, y albergar al ganado en caso de riesgo; tiene cerca la Puerta del Cristo o de los Molinos y la Puerta del Viento.

Iglesia de Santa María la Mayor de Ronda
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IGLESIAS Y ERMITAS DE UNA RONDA DEVOTA

Otro de los patrimonios más abundantes en Ronda son sus iglesias, conventos y ermitas. Existe una ruta que recorre las principales, como Santa María la Mayor, que empezó a construirse en el siglo XIII sobre cimientos de una basílica paleocristiana del siglo V, sobre la que igualmente se erigió la mezquita Mayor de la medina musulmana. El Alminar de San Sebastián, declarado Bien de Interés Cultural, formaba parte del cinturón de mezquitas que había en la ciudad; durante años fue el campanario del desaparecido templo de igual nombre. La iglesia del Espíritu Santo es otra de las más antiguas: se inició en 1485, el año de la conquista cristiana de los Reyes Católicos. Otros ejemplos son la iglesia del Padre Jesús, que contiene decoraciones mudéjares y barrocas; la de la Virgen de la Paz, del siglo XVI y donde se guarda la imagen de la patrona de la ciudad; o la barroca iglesia de los Descalzos.

Convento de La Merced en Ronda
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En la visita a Ronda también se pueden descubrir varios conventos (Clarisas, Santo Domingo, La Merced...), principalmente de los siglos XVI y XVII. Algunos pueden visitarse y los hay que tienen a la venta la dulcería conventual que elaboran para distintas celebraciones del año. Y hay que mencionar dos ermitas de gran interés en los alrededores: la rupestre Virgen de la Cabeza (siglos IX-X), en la cueva de San Antón, donde aún se distinguen la zona de culto, la que ocupaban los religiosos y una tercera de almacenaje, y la ermita rupestre de la Oscuridad, de raíces mozárabes.

Plaza taurina de Ronda
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LA PLAZA DE TOROS DE RONDA

A partir del siglo XVIII, y gracias a una pujantes nobleza, se construyeron los monumentos que más identifican a Ronda: el Puente Nuevo y la plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería, declarada Bien de Interés Cultural por su historia, arquitectura y su belleza, reconocida como una de las más antiguas de España (1780). Posteriormente, a finales del siglo XIX e inicios del XX, fue cuando se forja la faceta más romántica y literaria de Ronda, extendida a su serranía en la que se desarrollan muchas leyendas de bandoleros que en su día atrajeron a viajeros y escritores. La ciudad contó con un Museo del Bandolero que ha sido trasladado al pueblo de El Borge, un centro dedicado a esta temática, que exhibe objetos, litografías, vestimenta, armas y libros de escritores románticos que ayudaron a dar a conocer este fenómeno social que surgió en la Andalucía del siglo XVIII.

Ronda
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RONDA LITERARIA Y DE LEYENDA

Precisamente las menciones en la literatura son otra de las riquezas de las que Ronda se enorgullece. Así su nombre puede leerse en páginas de autores españoles como los poetas Luis Cernuda («paseando por Ronda al atardecer, los cipreses, los palacios, todo el aire...») o Gerardo Diego («...mi Ronda pura, plaza del luz sin feria...»), pero también de escritores universales como el checo Rainer María Rilke («...fue un maravilloso acierto dar con Ronda..., asentada sobre la mole de dos rocas cortadas a pico y separadas por el tajo estrecho y profundo del río...»), el irlandés James Joyce «... y Ronda con las viejas ventanas de las posadas los ojos que espían detrás de las celosías... las tabernas de puertas entornadas y las castañuelas...», el argentino Jorge Luis Borges («...es aquí en Ronda... un cóncavo silencio de patios, un ocio de jazmín...») o el estadounidense Ernest Hemingway, que cuenta con varios rincones en Ronda que lo recuerdan: «Es a Ronda a donde habría que ir, si vais alguna vez a España... Bellos paseos, buen vino, excelente comida, nada que hacer... La ciudad entera y sus alrededores son un decorado romántico...».

Palacio de Mondragón en Ronda
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EL PALACIO DE mondragón y otras casas nobles

La Casa del Gigante, de época nazarí (siglos XIV-XV), considerado un palacio en miniatura, recibe su nombre de dos relieves que decoraban las esquinas del edificio, de los que queda uno. Conserva íntegro su traza árabe, en torno a un patio con alberca y arcadas con yeserías, atauriques e inscripciones cursivas. Casi enfrente se erige el Palacio de Moctezuma, de gran valor artístico, cuyas ornamentaciones heráldicas dan testimonio de la estancia en la ciudad de los herederos del último emperador azteca; hoy alberga el museo del pintor cubista Joaquín Peinado. El Palacio de Mondragón es el edificio civil más significativo de Ronda, que a lo largo de los siglos ha sido residencia de príncipes árabes y luego gobernadores cristianos; hoy es la sede del Museo Arqueológico de Ronda, donde se recopila la historia de la ciudad, y cuenta con un bonito patio con triple arquería sobre columnas de mármol. Por su lado, el Palacio del Marqués de Salvatierra tiene una fachada barroca por un dintel esculpido donde se pueden buscar unas burlonas figuras masculinas que sacan la lengua y otras de pudorosas féminas que ocultan sus partes íntimas. Cabe destacar también la Casa Consistorial, erigida como cuartel en 1734, que atesora un magnífico salón de plenos y artesonados mudéjares.

 

Yacimiento de Acinipo, Serranía de Ronda
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CUEVAS PREHISTÓRICAS Y RUINAS ÍBERAS cerca de ronda

Ronda también cuenta en los alrededores con atractivos patrimoniales. En el término de Ronda se puede recorrer la necrópolis megalítica de La Planilla, un área funeraria de la Edad del Bronce, que se localiza en un cerro entre el río Guadalevín y el arroyo Culebras. Otra excursión conduce al yacimiento íbero-romana de Acinipo (siglo I a.C.-VI d.C:), a 12 km en plena serranía. En un enclave fértil y estratégico, conserva termas y un teatro, considerado uno de los mejor preservados en la Península de aquel periodo. En su emplazamiento ocupado desde el Neolítico, también se han hallado huellas desde la Edad del Cobre a la del Bronce. Otra prueba de la antigüedad del territorio es la Cueva de la Pileta, uno de los mejores exponentes de arte rupestre del Paleolítico andaluz. Hábitat del hombre prehistórico, está situada en el término de Benaojan, a 22 km de Ronda. Descubierta en 1905 y declarada Monumento Nacional en 1924, contiene un extraordinario conjunto de pinturas rupestres en el que sobresale La yegua preñada.

Gaucín, pueblo blanco de la Serranía de Ronda
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rutas POR LA SERRANÍA DE RONDA

Si en Ronda se puede seguir paseos guiados de diversa temática (arquitectura, literatura, leyendas...), otras rutas se extienden a la Serranía rondeña. Es el caso de la Ruta del Vino que primero recala en el Museo del Vino para proseguir en bodegas donde se proponen catas y paseos entre viñas. También hay una Ruta del Aceite, para ver el trabajo en molinos o participar del vareo y la recolección de aceitunas. Exsten varios ecomuseos, idóneos para visitar en familia, con instalaciones y animales de granja. También hay itinerarios de senderismo y se organizan paseos a caballo o en globo por el entorno de la localidad malagueña, con montes horadados por ríos que se encajan entre cañones y una veintena de pueblos blancos de herencia andalusí que se amoldan al empinado terreno, como la propia Ronda, Gaucín, Algatocín o Parauta. La Oficina de Turismo de Ronda dispone de un Bono Turístico con ventajas para estas y otras actividades con las que descubrir el patrimonio cultural de Ronda y la naturaleza de su Serranía.

Ronda
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ARTESANÍAS RONDEÑAS

Una última sugerencia es visitar los talleres de artesanos de Ronda y su comarca, lugares que mantienen vivo el saber de antiguos oficios. Destacan los alfareros, maestros en dar forma a la arcilla y convertirla en utensilios caseros y piezas decorativas. Los objetos y muebles de madera incluyen técnicas de marquetería y de taracea para incrustar metales. La cestería, la forja y la herrería son otros oficios que permanecen en la comarca.