Ayer y hoy

¿Cómo era la ciudad de San Francisco a finales del siglo XIX?

Esta sureña ciudad de Estados Unidos era, en sus orígenes, un pequeño poblado mexicano llamado Yerba Buena.

Los buscadores de oro que llegaron a California a mediados del siglo XIX no imaginaban que aquel enclave aislado entre colinas se convertiría en solo un par de décadas en uno de los focos culturales de Norteamérica.

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Foto: Age Fotostock

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2017

La aguja de la Transamerica Pyramid y otros rascacielos del Distrito Financiero emergen como un bosque de acero tras el Chinatown de San Francisco. En este barrio de templos y mercados se sitúa hoy la plaza Portsmouth, un lugar ajardinado donde se practica taichí por la mañana y se juega a damas por la tarde. En su perímetro hay placas que indican edificios históricos, como la primera librería que tuvo la ciudad, y el teatro Jenny Lind que alojó el antiguo Ayuntamiento. En las proximidades se recomienda pasear por los Jardines de Yerba Buena, visitar el Museo de Arte Moderno y subir a alguno de los tranvías que circulan por la empinada Nob Hill. Se puede acabar el día en los muelles, contemplando la bahía de San Francisco.

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Foto: Age Fotostock

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1849

El año que estalló la fiebre del oro californiana muchos aventureros llegaron al poblado mexicano de Yerba Buena, un paraje donde vivían unas 800 almas. Rebautizado como San Francisco y anexionado a Estados Unidos en 1850, su centro era una explanada a la que llamaron Portsmouth, nombre del barco que sentenció la guerra entre México y Estados Unidos. La plaza fue testigo de la historia de esta ciudad que antes del fin de siglo acogía a 25.000 personas. En uno de sus lados abrió la primera escuela de California y a su alrededor se inauguraron bancos, teatros y museos. San Francisco crecía: las casas victorianas trepaban por las colinas y en la bahía se construían embarcaderos. Hasta  que el terremoto de 1906 arrasó la ciudad.