Cada vez que viajo a Costa Rica dedico un rato a visitar dos excepcionales museos en San José, el del Oro Precolombino y el del Jade. Escojo únicamente una sala, dos a lo sumo; a veces tan solo una pieza, tal es la densidad de las colecciones expuestas. Las figuras de animales son las representaciones más frecuentes, tanto talladas en jade como elaboradas con una aleación de oro, cobre y plata, llamada tumbaga. Estas delicadas piezas reflejan la cosmogonía de los pueblos indígenas, que hallaban en la naturaleza que los rodeaba la explicación a la vida y la muerte.
Así, algunas aves cumplían el papel de psicopompos, seres que conducían a las almas de los difuntos; los murciélagos eran creadores de la Tierra por la fertilidad de sus excrementos; las mariposas, reencarnaciones femeninas; las ranas estaban relacionadas con la formación del mar y el cuidado de los cuerpos en los ritos funerarios; los lagartos actuaban como protectores y guías del camino...