Adiós a las leyes más básicas del universo: quien siga pensando que el tiempo no puede detenerse es que no ha puesto un pie en los Cotswolds, un área de 40 x 145 kilómetros al noroeste de Londres que abarca cinco condados y que, por méritos propios, se ha ganado la calificación de ‘zona de belleza natural sobresaliente’. La combinación de verdes colinas y sus románticas construcciones de piedra caliza de color miel son la clave. Por algo las pequeñas localidades que la conforman repiten -año sí y año también- en la lista de los pueblos más bonitos de Inglaterra.
Cómo llegar y cómo moverse (y cómo saludar a Shakespeare)
Es lo que tiene ir de pueblito en pueblito, que el coche resulta imprescindible para explorar los Cotswolds. Las ciudades más cercanas son Bristol y Oxford pero saliendo de Londres, un lugar perfecto para comenzar la ruta es la localidad de Stratford-upon-Avon. Comparada con lo que está por llegar parece una ajetreada ciudad pero tiene tanta historia que merece una parada: aquí nació y vivió William Shakespeare y todavía hoy se puede visitar la casa familiar. Ahora sí, la inmersión en la campiña inglesa comienza en tres, dos, uno.

Lower Slaughter / Foto: Shuttestock
¿Lower? Slaughter
Que su nombre no lleve a error; Lower Slaughter está en lo más alto del top. Un lugar idílico con poco más de 200 habitantes censados a día de hoy-después de casi mil años sin un solo vecino- formado por casitas de piedra y tejados a dos aguas a lo largo del río Eye…. De un solo vistazo se confirma: los Cotswolds parecen haber sido diseñados por un ser superior esmerado en cuidar cada detalle.

Upper Slaughter / Foto: Shutterstock
La 'Venecia de los Cotswolds'
Y esto no se queda aquí; a sólo unos minutos de paseo continúa la fascinación en Upper Slaughter y siguiendo el curso del río se llega a Burton-on-the-Water, conocida como ‘la Venecia de los Cotswolds’ y que viene a ser la capital de la zona.

Castle Combe / Foto: Getty Images
El pueblo más bonito de Inglaterra
Si Castle Combe es elegido año tras año el pueblo más bonito de Inglaterra, por algo será. El tipo de construcción sigue siendo la misma, pero las copas de los árboles que lo enmarcan, su puente de cuento y la sensación de que, a diferencia de otros, éste es pueblo con vida, le aportan aún más atractivo. Como ejemplo, ese vecino que deja sus dulces caseros y mermeladas en la puerta de casa y ni asoma por allí; quien quiera algo sólo tiene que cogerlo y dejar el importe en una cajita colocada junto a ellos. Postres que podrían ser el broche perfecto a una comida en alguno de los cafés de la localidad, en el pub The White Hart -que lleva ahí en pie desde el siglo XIV- en un restaurante con estrella Michelin como el Bybrook Restaurant del lujoso Manor House Hotel o -¿por qué no?- a un picnic con un vino y pastel de carne sentados en la intersección de calles que forman Market Square.

Arlington Row, calle principal de Bibury / Foto: iStock
La hilera de casas favorita de William Morris
Si uno escribe ‘Cotswolds’ en un buscador, un alto porcentaje de las imágenes que aparecen corresponde a Arlington Row, la calle principal de Bibury. Su hilera de casas de campo del siglo XVI son la postal perfecta. Y para gustos, los colores: el diseñador, arquitecto y maestro textil William Morris pensaba que éste y no otro, era el pueblo más bonito de toda Inglaterra.

Abadía de Lacock / Foto: iStock
La abadía de Harry Potter
Por encima de sus típicas casitas, en los Cotswolds se levantan también algunas construcciones que bien merecen una visita. Una de ellas es la abadía de Lacock, donde se rodaron buena parte de las clases de magia de Hogwarts y donde estaría la casa donde vivía Harry Potter con sus padres.

Castillo de Sudeley / Foto: iStock
Mucho más que casitas
Otro monumento no rural imprescindible es el castillo de Sudeley, una construcción del siglo XV que fue residencia de Ricardo III y Enrique VIII -el sepulcro de Katherine Parr, su sexta esposa, se puede visitar allí mismo en la capilla de St. Mary’s Church. Otros escenarios de película bien podrían ser las ruinas de Minster Love Hall, una casa señorial levantada en 1430 por quien entonces era uno de los hombres más ricos del país o la torre de Broadway.

Banbury Cake / Foto: iStock
Sabores autóctonos
Aperitivo, comida y postre a mesa puesta. La visita a los Cotswolds supone la posibilidad de disfrutar de productos únicos. El queso Single Gloucester es uno de ellos, que sólo se produce en esta zona con leche cruda obtenida al anochecer. Ojo también al Gloucester Old Spot, un tipo de cerdo autóctono del que presumen por estas tierras. Al igual que de sus Banbury Cakes, una de las recetas de pasteles más antigua de toda Inglaterra.

Foto: The Porch House
Hoteles con mucha historia
Son pequeños pero tantos los pueblos que componen los Cotswolds, que la escapada requiere hacer noche en la zona. Lejos de ser un problema, parece una bendición dada la infinidad de propuestas de la zona. The Slaughter Manor House, en Lower Slaughter, es una opción de lujo. También lo es quedarse en The Porch House, en Stow-on-the-Wold, un alojamiento con mil años de historia. ¿Alguien da más?