
Los días son cada vez más largos, las temperaturas casi calurosas y las ganas de disfutar de nuestro entorno natural, enormes. Es el momento de descubrir nuevos parajes y de salir a respirar naturaleza. Te mostramos cuatro destinos fantásticos que suman belleza, gastronomía e historia.
Fuentes Carrionas. Palencia (Castilla y León). Espectaculares agujas, cantiles y profundos valles forman estas montañas situadas, como si de una frontera se tratara, entre la meseta castellana y los Picos de Europa. Las caminatas por este paisaje pétreo con alturas que llegan a 2.500 metros y abundantes lagos glaciares son espectaculares, además, este territorio atesora una de las mayores concentraciones de construcciones románicas de toda Europa, como la bellísima iglesia de San Salvador de Cantamuda. Turismo de Castilla y León.
Santa Pau y los volcanes. Girona (Cataluña). Este pueblecito medieval, artístico y cuyo producto más reconocido son las alubias blancas autóctonas, tiernas y deliciosas, se halla en el corazón de la comarca de la Garroxa. Además de pasear por la plaza porticada, estrechas callejuelas y visitar la iglesia gótica de Santa María, se impone alguna excursión por esta tierra de volcanes como la excursión hasta el cráter del Croscat o acercarse hasta la bellísima Fageda d'en Jordà, cuyas hayas lucen ahora un verde intenso. Turismo de la Garrotxa
Costa da Vela. Pontevedra (Galicia). A escasos 40 kilómetros de la ciudad de Pontevedra se halla este agreste tramo de costa, en el que se suceden playas de arena blanca y solitarias y se obtienen unas vistas extraordinarias sobre las islas Cíes. La playa de Barra, de Nerga, de Melide… un paseo circular por el extremo de la península del Morrazo para terminar en el pueblo de Cangas donde se podrá degustar un excelente lacón con grelos. Turismo de Galicia
Parque Natural del Tajo Internacional. Cáceres (Extremadura). Casi en la frontera con Portugal, país con el que comparte la superficie y la gestión del parque, se halla este espacio natural repleto de alicientes. El primero, el gran río que le da nombre y la navegación por éste en barco; el segundo, la posibilidad de avistar rapaces pues aquí viven grandes colonias; el tercero, la visita a los numerosos yacimientos megáliticos. Y hay más, sin olvidar que ésta es tierra de cerdos, así que los embutidos y jamones no tienen parangón. Turismo de Extremadura.