Hace 70 años, en dos pequeñas poblaciones de la provincia de Tirol del Sur, en Italia, centenares de residentes tuvieron que hacer las maletas y marcharse de sus casas. El motivo: un proyecto que el Estado italiano concedió a la empresa Montecatini en el 1939 para construir una presa en el lugar. Para ello, la hidroeléctrica debía unificar los lagos de las poblaciones de Curon y Resia, separados por una franja de tierra, para dar lugar al lago Resia, que inundó ambas localidades.