
La localidad navarra de Burgui, situada en pleno valle pirenaico de Roncal, acoge, un año más, el Día de la Almadía. Esta fiesta muestra una tradición ancestral que vincula el antiguo transporte de troncos de madera por el río y una forma de vida estrechamente ligada a la naturaleza. Será el próximo sábado 3 de mayo cuando las almadías desciendan por las aguas del río Esca, superen la presa de Burgui y terminen en una gran fiesta junto al puente medieval que señala la entrada al pueblo.
Río abajo
En los valles del Pirineo, el aprovechamiento de los bosques ha sido desde tiempos inmemorables su principal actividad económica, y sus ríos el medio para trasladar la madera hasta las corrientes más tranquilas del Ebro, donde era vendida para su transformación. Esta madera se transportaba formando almadías, balsas con remos en los extremos formadas por varios tramos de maderos amarrados mediante jarcias vegetales con las que surcaban peligrosamente el río.
Durante el Día de la Almadía en Burgui se congregan los habitantes del valle y numerosos visitantes para disfrutar de una gran fiesta que consta también de un mercado tradicional y de la feria del queso con Denominación de Origen, además de conciertos de txalapartaris y demostraciones de oficios antiguos y deportes rurales.
Una de las visitas obligadas es al Museo de la Almadía, que ese día hace jornada de puertas abiertas. Este espacio muestra todo el proceso de este tipo de transporte que abarca desde el momento en que los árboles eran subastados hasta que, transformados en maderos redondos o tallados a escuadra, eran vendidos en la Ribera Navarra, Aragón, La Rioja o Cataluña.
Ruta por el valle de Roncal
Merece la pena aprovechar el Día de la Almadía para conocer un poco mejor el conjunto del valle de Roncal, formado por siete pueblos y espacios naturales de gran interés. Burgui es la puerta de entrada al valle por el sur. Desde aquí se pueden realizar bonitas excursiones como la de las Balsas de Sasi y la de la Foz de Burgui que alberga una de las mayores colonias de buitres de Europa. En conjunto, el valle de Roncal está marcado por sus tradiciones ancestrales y ofrece una sabrosa gastronomía. Recorrer sin prisa los bellos pueblos del valle –Garde, Isaba, Roncal, Urzainqui, Uztarroz y Vidongoz, además de Burgui–, con sus calles empedradas y cuidados caseríos, pasear por sus frondosos bosques, degustar su queso de oveja con denominación de origen, las migas de pastor o las costillas de cordero a la brasa, es una experiencia única para esta primavera.
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