El lunes de Carnaval, el municipio de Santa Cruz de La Palma, en las islas Canarias, se llena de hombres vestidos con guayabera, pantalones blancos o traje de lino y sombrero panameño, y mujeres, con vestidos de época, igualmente blancos, y sombrillas con encajes: son los indianos. En la Plaza de España, suenan los compases de La negra Tomasa y todos cantan a coro: “Estoy tan enamorado de la negra Tomasa, que cuando se va de casa triste me pongo”. Tras el paso alborotado y alegre de los indianos, todo quedará cubierto de talco, el elemento más característico de estas fiestas. Por unas horas, la conocida como “Isla Bonita” pasará a ser la “Isla Blanca”.