Europa cuenta con más de diez estaciones en las que es posible esquiar todo el año gracias a los glaciares que se extienden dentro de sus límites. Se localizan en Los Alpes de Francia, Suiza, Italia y Austria, y en el norte del continente, en Suecia y Noruega. Estos oasis de nieve se mantienen blancos incluso en verano y, durante las temporadas de invierno con menos precipitaciones, aseguran pistas abiertas a los esquiadores y snowboarders.