En el imaginario de cualquier viajero, Italia aparece como un destino cultural lleno de ruinas, maravillas renacentistas y urbes estéticas. Si acaso, la costa Amalfitana o Cinque Terre aparecen en el mapa mental como lugares de playa sublimados por la capacidad transalpina de embellecerlo todo. Y sin embargo, cuando se pone cuesta arriba, Italia se ve salpicada por lagos de todos los colores y tamaños que son una buena alternativa estival a las playas. Estos son los más recomendables.