El día que nos aburramos de Nueva York será el apocalipsis viajero. Pero eso no va a pasar nunca, porque lo que hace grande a esta ciudad es que siempre está renovándose. Siempre hay un nuevo “must”. Es pura energía en cambio constante. Y en esta ocasión le toca a Domino Park, una antigua zona industrial de Brooklyn convertida en un parque muy especial.
Qué es y cómo llegar a Domino Park
La reutilización de áreas industriales para crear espacios lúdicos es una tendencia urbana que nos encanta. Además, El Domino Park puede ser un lugar genial para comenzar a explorar Brooklyn, en concreto el barrio de Williamsburg.
El barrio de Williamsburg sigue estando de moda. Ahora, cerca de su icónico puente que conecta con el Lower East Side de Manhattan, en la orilla del East River, se ha inaugurado este nuevo parque –como si faltaran parques en Nueva York– que ocupa los terrenos industriales de una antigua fábrica de azúcar. Las vistas más dulces (y espectaculares, por supuesto) del skyline de Mahattan se tienen desde aquí.
Unas grúas de carga pintadas en turquesa, que antiguamente servían para mover los fardos de caña de azúcar, te darán la bienvenida. En el entorno hay otros elementos industriales, como los antiguos silos del sirope, que acaban de dar el carácter tan singular al parque. Miles de inmigrantes de diferentes países llegaron para trabajar en estas instalaciones. Los mismos que acabaron viviendo en el barrio y forjaron la identidad tan diversa de Williamsburg.
La estación de metro más próxima es Bedford Av de la línea L (gris). También se puede llegar con el East River Ferry que sale de la 34th Street en Manhattan. Igualmente, desde Manhattan puedes usar la naranja M y la marrón J que te dejan en la parada Marcy Av. También se puede usar el sistema de bicicletas compartidas de la ciudad para llegar pedaleando.
¿Por qué te va a gustar ir al Domino Park?
A este parque se viene a descansar, a jugar, a disfrutar de las vistas hermosas de la ciudad, a pasear al perro o a jugar con los niños. ¿Hace faltan más planes? Para disfrutar de la panorámica de Manhattan hay una pasarela elevada al estilo de la High Line, pintada del mismo llamativo color turquesa que las grúas.
Podrás hacer un pequeño pícnic en las zonas verdes, y por qué no, si te animas, jugar un partido de voleibol en la pista reglamentaria con vistas al río. Repartidos por el parque, encontramos diferentes artefactos industriales recuperados de la antigua fábrica a modo de esculturas. Hay una zona de juegos infantiles. Y para refrescarnos, hay juegos de agua. Cuando entre el hambre, hay un chiringuito con una pinta deliciosa: el Tacocina. Y sí, por el nombre, ni se te ocurra pedir un plato de pasta.