Nacido en Valencia en 1863, Joaquín Sorolla es uno de los pintores españoles de estilo impresionista más reconocidos y admirados. Sus obras, que se caracterizan por los colores suaves, la luminosidad y por tratar temas relacionados con la playa, el mar y las vacaciones, lograron cruzar las fronteras para colarse entre las colecciones de arte más internacionales. Su ciudad natal y el Mediterráneo fueron la base de su inspiración, aunque sus viajes por Europa y América hicieron que sus trabajos adquiriesen también temas costumbristas y de crítica social. El amor a su familia y su afán por los retratos, también fueron decisivos para introducirnos en la vida del autor.
Un artista muy viajero
La primera vez que Joaquín Sorolla visitó París fue en 1885, cuando llamado por la pintura naturalista decidió impregnarse de nuevas corrientes culturales. Con solo 22 años, el artista se encontró con el foco de la pintura moderna donde pudo estudiar a autores como Lepage o Menzel, entre otros. Ocho años después, en 1893, el valenciano entraría por primera vez en el catálogo del Salón de París, donde lograría estar presente en los siguientes años y adquiriría el reconocimiento internacional. En 1894 volvió a París, capital mundial de la cultura en la época, donde desarrolló el personal estilo del “luminismo” que caracterizaría desde entonces su obra.
Joaquín Sorolla, después de recibir reconocimiento del Grand Prix de la Exposición Universal de París en 1900, consolidó un estilo propio que le dio fama en el mundo del arte internacional.
Tras muchos viajes por Europa y estancias en Madrid, su primera exposición individual no se organizó hasta 1906, cuando presentó más de 450 obras en la galería parisina de Georges Petit. La fama había llegado y con ella, el éxito económico. Precisamente, el año anterior había adquirido un solar en el Paseo del Obelisco de Madrid (luego calle del General Martínez Campos) donde en unos años construirá su residencia, hoy Museo Sorolla.
En noviembre de 1911, Sorolla recibió el encargo de la Hispanic Society de Nueva York para la confección de un enorme mural, el hoy célebre Regiones de España. Para buscar inspiración, recorrió todo el país pintando escenas en directo.
Los cuadros de Joaquín Sorolla en el mundo
Hoy en día, podemos ver un gran número de obras de Joaquín Sorolla repartidas por todo el mundo. Otras forman parte de colecciones privadas.
El núcleo principal de su obra se encuentra en el Museo Sorolla, en Madrid, que fue creado por voluntad de la viuda del artista, con sede en la que fue residencia de ambos desde 1911. La colección de pintura con obras tan conocidas como Madre o Paseo a la orilla del mar, se reparte entre las salas con mobiliario original. Igualmente, en Madrid, hay que ir al Museo del Prado para ver Niños en la playa (1910), unos de los cuadros más famosos de Sorolla, en el que la libertad y energía de las pinceladas trasladan al lienzo los efectos del sol sobre el cuerpo de los niños. El óleo sobre lienzo fue una donación del propio autor al antiguo Museo Nacional de Arte Moderno.
Fuera de España, París fue una ciudad clave en la formación y en la carrera artística de Joaquín Sorolla, y hoy atesora parte de su obra. El mítico Museo de Orsay, que guarda en la antigua estación ferroviaria, la mayor colección de arte impresionista del mudo, conserva en su colección dos obras de artista español.
Al otro lado del charco, el centenario Museo Nacional de Bellas Artes de la Habana cuenta con más de 30 obras del genial pintor, entre las que se encuentran Día de regatas o Verano. Y siguiendo este viaje tras el rastro de las obras de Joaquín Sorolla, la última parada de este viaje está en Nueva York. Allí, el famosísimo Museo Metropolitano de Arte expone algunas obras del pintor español, dos retratos y la escena La playa, Jávea. Pero, sin duda, el espacio más importante que no podemos perdernos es el de la Sociedad Hispánica de América, donde se puede contemplar la sala con los 14 lienzos dedicados a Las regiones de España y otros tantos retratos a literatos de la época como los poetas Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y los novelistas Baroja y Benito Pérez Galdós.