Aunque algunas excavaciones sugieren actividad humana desde comienzos de la era minoica, la historia de Dubái no empieza hasta avanzado el siglo XIX, cuando un grupo de pastores y agricultores se asienta en una zona de manglares, ubicada en el lugar donde hoy se levanta la gran metrópoli que conocemos, y empieza a aprovechar los recursos del mar, convirtiéndose en pescadores y comerciando con perlas. En el año 1966 aparece el petróleo en escena y, cinco años más tarde, Dubái pasa a formar parte de los Emiratos Árabes Unidos, alianza que convierte a la región en una de las principales economías mundiales. Al fallecer el Sheik Rashid bin Saeed Al Maktoum le reemplaza su hijo Mohammed, quien empieza a apostar por una economía con menor dependencia de los combustibles fósiles, a los que ya han puesto fecha de defunción en el calendario. Y es más cercana de lo que se creía hasta hace poco. El nuevo dirigente apostó por diversificar la economía, lanzando el anzuelo de la exención de impuestos para atraer a nuevas empresas y potenciar el comercio exterior, a la vez que empezó a trabajar con el turismo. Estrategia que ha convertido a Dubái en uno de los mayores centros de ocio que hay en el mundo, un parque temático gigante en el que hay opciones para casi todos los gustos. Estas son algunas de las que hemos probado.