
Morella es un prodigio. Desde lejos, a medida que uno va acercándose, su fisonomía pétrea y amurallada sorprende a la vez que encandila. La escapada a esta ciudad del Maestrazgo (Castellón) bañada por la luz y el aire frío de Els Ports se convierte en una gran experiencia repleta de alicientes. Su estructura cien por cien medieval, su gastronomía contundente y sabrosa, sus monumentos y vida cultural y también sus fiestas de raíces lejanas son algunos de ellos.
Subida al Castillo
La vista no puede evitar fijarse en el espléndido castillo que construido sobre una gran roca preside la ciudad. Considerado uno de los más importantes del Mediterráneo fue testigo de las gestas de Jaime I en su afán conquistador, aunque entre sus piedras se esconden vestigios civilizaciones prehistóricas, de íberos, romanos, musulmanes y cristianos. La antesala del Castillo es el antiguo convento gótico de Sant Francesc, cuya sala capitular alberga las valiosas pinturas «La Dansa de la Mort» del siglo XIV sobre la Muerte .
Abrazada por la muralla
Las angostas callejuelas empedradas descienden hacia el centro de la ciudad donde se encuentra la iglesia gótica de Santa María la Mayor con su bello altar churrigueresco y el monumental órgano de 4.000 tubos. El paseo va descubriendo impresionantes casas solariegas y palacios que muestran la importancia que tuvo la ciudad durante el medievo. La visita culmina con un recorrido por las murallas que hoy como ayer siguen abrazando la ciudad. Son dos kilómetros de muro franqueado por siete puertas y custodiado por diez torres, cada una de ellas con su nombre y su historia.
Deliciosa trufa negra
Entre las piedras de Morella se agazapa una ciudad vibrante, repleta de buenas propuestas culturales, fiestas tradicionales y una excelente gastronomía que se basa en los productos de la tierra. Entre éstos, además de las sabrosas carnes y embutidos, destaca como gran joya la trufa negra, protagonista de unas jornadas que cada año cuentan con más incondicionales. Desde finales de enero y hasta mediados de marzo, los restaurantes de Morella ofrecen menús con la trufa como ingrediente invitado, se hacen muestras y talleres y se intercambian conocimientos y se han convertido en un potente atractivo para visitar esta ciudad atalaya del Maestrazgo.