Ericeira pilla a solo 50 kilómetros de Lisboa. Encalado en un risco al borde del mismísimo Atlántico, este típico pueblo de pescadores y lugar de veraneo de lisboetas abre sus puertas de septiembre a mayo –cuando hay mayor consistencia del oleaje–, a los amantes del surf. En sus cuatro kilómetros de costa cuenta con siete emblemáticas olas con distintos grados de dificultad y de calibre mundial; además, no hace falta ser un experto en la materia, sus más de 40 escuelas permiten a los principiantes aprender lo básico de este deporte y disfrutar tanto como los de nivel pro.