Naturaleza intacta

Los espacios protegidos del Mediterráneo

Parques nacionales y reservas naturales en España donde disfrutar de este mar tal y como era.

Desde el cabo de Creus hasta el mar de Alborán, pasando por las Baleares, la costa del Mediterráneo alberga numerosas reservas de gran valor natural por la fauna y la vegetación acuática y terrestre que albergan. Navegar hasta ellas ya es una aventura fantástica, pero bucear con botellas o solo gafas y aletas por sus aguas es una experiencia sensacional. Hay que tener en cuenta que son espacios delicados, normalmente de acceso regulado y que requieren de un guía para visitarlos. 

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Sa Dragonera

Cuando miran la puesta de sol, los habitantes y veraneantes de Andratx se encuentran primero con la alargada isla de Sa Dragonera, declarada parque natural junto a los islotes de Pantaleu, Mitjana y Calafats. Esta exquisitez natural es en realidad una prolongación de la sierra de Tramuntana separada de la isla de Mallorca por un brazo de mar, el canal del Freu. Las praderas de posidonia y los fondos de coral son un canto de sirena para los aficionados al snorkel, mientras que los visitantes que se acerquen a la oficina del parque instalada en el faro de Sa Dragonera (salen barcos a diario desde Sant Elm y Andratx) podrán andar en busca de la lagartija endémica de la isla o del halcón marino o de Eleonor, que ha encontrado en estos acantilados un lugar de cría perfecto.

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Islas Medes (Girona)

Los siete islotes de las Medes son como un cofre del tesoro que en lugar de rubís o esmeraldas contiene corales, estrellas de mar y hasta 600 especies animales formando una de las colonias de aves marinas más interesante del Mediterráneo occidental. El puerto de l’Estartit es el punto de partida de las salidas de buceo y también de los barcos con suelo de cristal que se acercan a las islas. Una de las opciones más atractivas son los itinerarios submarinos comentados y que consisten en seguir las explicaciones de un guía desde el agua, equipados con gafas, tubo y aletas.

Foto: Gregorio Ríos

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Islas Columbretes (Castellón)

Alrededor de la Illa Grossa, un volcán medio hundido situado a 30 millas (56 km) de la costa de Castellón se congrega una increíble vida acuática que no ha parado de crecer desde su declaración como reserva natural en 1988. Langosta roja, meros y nacras viven a sus anchas en las oquedades de las paredes sumergidas, en los fondos de arena y piedras y entre las praderas de alga laminaria o del coral rojo. La Reserva de las Islas Columbretes incluye cuatro grupos insulares que pueden visitarse con salidas guiadas que zarpan desde Peñíscola, Castellón, Oropesa, Burriana o Alcossebre. Los barcos fondean en el antiguo cráter de la Illa Grossa para que los pasajeros desciendan a tierra y, en compañía de un guía, descubran la fauna (halcón de Eleonor, pardela cenicienta, la lagartija de las Columbretes) y la historia de la isla, visitadas hasta el siglo XIX solo por piratas y pescadores.

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Cabo de Palos e Islas Hormigas (Murcia)

Es uno de los enclaves de buceo más espectaculares de España. Con fondos de más de 50 m, alberga corales, praderas de posidonia, barcos hundidos y centenares de especies de peces. La población de Cabo de Palos y Cartagena ofrecen todo tipo de opciones para disfrutar de este paisaje de alta mar, desde inmersiones guiadas a salidas en barco de una mañana.

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Cabo de Gata (Almería)

La Reserva Marina de Cabo de Gata-Níjar se extiende frente a las playas de Carboneras y la punta de Gata. Las praderas de posidonia oceánica han hecho posible que la zona conserva toda su riqueza biológica, con abundancia de meros, lubinas, sargos o calamar, entre muchos otros peces y moluscos que después hallamos en las mesas de los restaurantes de la zona. Carboneras es uno de los enclaves que ofrecen salidas en velero para observar estos fantásticos fondos y, según la época, avistar delfines y ballenas en su viaje a través del Mediterráneo.

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Ibiza y Formentera

La isla de Ibiza parece estirarse por el sur como tendiendo una mano de arena y roca que intentara alcanzar la costa de Formentera. En ese punto se localiza el parque natural de Ses Salines y la Reserva Marina dels Freus, una franja marina jalonada por los islotes de Porcs, Penjats, Espalmador i Castaví. La posidonia es la protagonista de este tramo submarino considerado el segundo mayor espacio marino protegido del Mediterráneo español.

En tierra firme, la reserva de Ses Salines de Eivissa permite pasear entre bosques de pinos y sabinas, o andar entre zonas de dunas y arbustos que bordean las playas y las lagunas. Los aficionados a la ornitología podrán identificar hasta 210 especies de aves; quienes prefieran mirar al suelo, pueden buscar a la pequeña lagartija autóctona.

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Isla de Tabarca

El puerto de Santa Pola tiene vistas a uno de los paraísos naturales menos conocidos del Mediterráneo: la isla de Tabarca y los islotes La Cantera, La Galera y la Nao. El archipiélago fue declarado reserva marina en 1986 por la excelente conservación de sus fondos de posidonia y la biodiversidad que albergan. Antiguo refugio de piratas berberiscos, Carlos III ordenó en el siglo XVIII fortificarla y poblarla con familias de pescadores de Génova que habían sido liberados de la ciudad tunecina de Tabarka. El enclave es hoy un conjunto histórico encantador, repleto de casas blancas y restaurantes que sirven sabrosos platos de pescado fresco.